La siguiente es la Mina Las Pozas, en la Vereda de la Ermita. Fue una mina pequeña, de carácter familiar, en uso en los años cincuenta del siglo XX. Este fue el sitio elegido por los mestanceños para poner la ermita de la Virgen de la Antigua después de la discusión con los solaneros, con los que compartían Virgen y romería. Según cuentan, la ermita nueva se derrumbó varias veces; por lo que se pensó que la Virgen no estaba muy contenta con el sitio y se llevó a su emplazamiento actual (que parece tampoco es el adecuado, pues su actual propietario lo tiene vallado y cerrado todo el año excepto su día): Otros culpan a un catedrático ateo y con interés en que la obra no saliera adelante. Queda el castillete, de los pocos que se pueden ver en el Valle, pues se hacían de obra. El edificio que se ve en el dibujo es un cortijo de reciente construcción.
Los últimos dibujos son de la Mina Los Pontones, junto a la Hoz del Chorrillo y al cauce del Riofrío, cerca de El Hoyo de Mestanza, de la que quedan bastantes instalaciones, medio en ruinas. Fue una mina propiedad de la empresa Peñarroya y sus gestores vivieron en Mestanza, a los que llamaban los bilbaínos. Se extrajo plomo y llegó a tener dos kilómetros de galerías y cruceros, que hoy día ocupa una microrreserva de murciélagos, unos 6.500 ejemplares de seis especies distintas. El sitio tiene una vistas flipantes a la Hoz de Riofrío y a las colinas del Hoyo.
Lo que más me gusta es como la naturaleza se venga del poder depredador de la minería, invadiéndolas nuevamente, volviendo a su ser.
Más obras de arte.
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