martes, 24 de enero de 2012

un paseo por las nubes


Subimos otra vez al altiplano, esta vez por carretera asfaltada. Allí los verdes son un poco secos, no hay árboles, sólo unas colinas a lo Tierras Altas de Escocia, pero sin brezo. También lagos o grandes charcos, ganados de llamas, caballos, alpacas y algunas vicuñas sueltas. A veces, al fondo se ven unos picachos azules como dientes de sierra nevados en las cumbres y algunos pedruscos como en Gredos. El pasto natural, del que comen las vicuñas, aquí le llaman ichu.
Después de tres horas en esta paz de colinas verdes, empezamos a bajar un gran valle, que podemos ver entre las nubes, ya sobre tierra. Vemos cómo el camino está escavado en la montaña dando el aspecto de balcón. Los rotus estallan y los cocos parece ollas express. Empiezan a verse cultivos y gente trabajando, las primeras casas de ladrillos de adobe con unas cruces floreadas en los tejados, y  luego las pequeñas aldeas con sus chacras. Los verdes se hacen más fuertes. Eucaliptos y algunos pinos, chumberas.
A las dos horas de bajada llegamos a Chumbes, un pequeño pueblo que dibujo y donde comemos la trucha más sabrosa que hayamos probado nunca. No recuerdo una trucha así.
Seguimos por el río Dambas (información de un viajero) un buen rato viendo árboles de la pimienta. Nos elevamos otra vez y otra vez altiplano. Nos metemos en las nubes y la cosa se pone fría, Beni se pone todos los abrigos. 
La última bajada vuelve a tener asfalto. El valle tiene vacas y pinos, parece un paisaje alpino en primavera. Muchas flores amarillas, cultivos, gente sulfatando, una pareja charla sentada en el montante de la linde, señoras con gorros y faldones cosechan con el atillo. Curvas y más curvas por el río Chumba y, por fin, Andahuaylas.
Compramos boleto para mañana ir a Cuzco. Habitación que da a un patio frondoso. Un paseo por el pueblo. Un café con leche y pasteles. Luego cae granizo, y el pueblo se queda sin luz.

Fotos del móvil de Beni:


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