lunes, 25 de agosto de 2025

marisol escobar



Marisol Escobar nació en París el 22 de mayo de 1930, pero su procedencia venezolana es uno de los aspectos más característicos de su obra. Escobar se especializó en diferentes disciplinas: dibujo, composición, pintura y cerámica. Sin embargo, acabó descubriendo que la escultura era realmente su pasión. El arte fue su rebeldía y una vía de escape a la pérdida de su madre. Cuando tenía 11 años vivió el suicidio de su progenitora, algo que marcó para siempre su personalidad tan silenciosa. Creaba para sentirme mejor, para conseguir sentirme menos sola
En 1954 se sintió atraída por las investigaciones realizadas en torno a las tribus indígenas norteamericanas, particularmente por los objetos lúdicos y utilitarios, y se dedicó a experimentar plásticamente con la escultura folklórica precolombina. Fue en esta época en que se inició en la talla, el modelado y el ensamblaje. A principios de los años sesenta elaboró obras en las que se denota la influencia del Pop Art, incluso fue reconocida como la única mujer pionera de este movimiento en Nueva York, junto a Roy Lichtenstein, Jaspers Johns y Andy Warhol. A lo largo de su carrera se paseó por diversos movimientos artísticos, sin embargo, su obra se ha caracterizado por tener un estilo único, propio.
Es sobre todo, a partir de la década de los años setenta que se comenzó a consolidar el lenguaje y el estilo particular que caracteriza a la artista. Marisol es conocida por elaborar ensamblajes en los que combina elementos pictóricos y escultóricos compuestos de objetos de diversa naturaleza y volúmenes geométricos simples hechos en madera, yeso, plástico y cristal; además de la pintura acrílica, el óleo, fotografías, entre otros. Generalmente en su obra, el conjunto de cuerpos, objetos y pigmentos configuran representaciones figurativas humanas. Resulta interesante que la artista toma como molde su cuerpo, e incluso su rostro, para aparecer retratada en algunos de los personajes de sus obras. También suele retratar en ellas, a familiares y reconocidas personalidades con las que estableció amistad o que admiró, tales como Marcel Duchamp, Willem de Kooning, Louise Nevelson y Picasso.
Su escultura era colorida, pero estaba totalmente plagada de rostros inexpresivos. Sin embargo, el humor estaba presente en cada una de sus obras. Creaba esculturas satíricas que estaban inspiradas en su día a día, pero que también conseguían reflejar las vivencias de muchos estadounidenses de la época.Su influencia artística quedó impregnada en la ciudad de Nueva York que, además, llegó a servirle de inspiración. Sus piezas eran descritas como una fusión del pop, el arte folk e influencias precolombianas. Ocupó museos neoyorkinos como el MoMa y la Sidney Janis Gallery , pero sus obras también llegaron a Francia, Venezuela, Italia y España.
A finales de los años 60, aunque aparentemente su carrera estaba en lo más alto, Marisol desapareció del mundo del arte. Tras representar a Venezuela en la Bienal de Venecia, no volvió a estar en el foco público. No era la primera vez que desaparecía tras un evento artístico en el que había cosechado éxitos, pero esta vez lo hizo para no volver. A día de hoy se desconocen los motivos de su desaparición. Según algunos expertos, puede que su arte se desvinculara de las tendencias más populares de las siguientes décadas. Sin embargo, continuó produciendo obras durante esos años, solo que lejos de ser arte público.
Marisol Escobar falleció en 2016, a los 85 años de edad, en el Presbyterian Hospital de Nueva York, y esto fue motivo de su vuelta a los titulares. Su trayectoria profesional regresó a la luz, pero sin un reconocimiento similar a otros artistas pop masculinos de la época. El mundo del arte continúa desvaneciendo algunas de sus figuras femeninas más representativas.


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