Rara vez podemos acercarnos tanto a un cuadro sin que salten las alarmas. Judith y Holofernes es una obra pintada por Caravaggio en 1599 en que se representa la escena bíblica en la que Judith corta la cabeza del caudillo asirio Holofernes después de emborracharlo y con el fin de que no atacase su ciudad. La escena es muy violenta, pues representa justo el momento en que Judith le corta el cuello y sangra copiosamente. El lienzo mide 144x195 centímetros y se expone en la Galería Nacional de Arte Antiguo de Roma. Es una escena muy representada en el arte, las más famosas son la de Artemisia Gentileschi y la de Goya, enfocada solo en Judith ya cometido el asesinato. En 2014, una familia francesa a las afueras de Toulouse encontró otra versión de la escena atribuida a Caravaggio arreglando una fuga de agua en un ático, la obra estaba escondida tras un muro.
Carlos Kaplan en su A caixa b nos acerca a la pintura con su lupa, tanto que podemos disfrutar de los colores y el relieve, de sus brochazos, manchas, grietas y heridas. Es como si viésemos envejecer a la joven Judith y pudiésemos tocar la materia con que está hecha, incluso el paso del tiempo. Una gozada.
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