viernes, 14 de enero de 2022

platos de picasso

Dibujo




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Ánfora de 1963




El comienzo de la relación entre Picasso y la cerámica data de 1944, cuando el artista viajó hasta Vallauris para realizar unos trabajos de correcciones de planchas. Un amigo pintor le invitó a la Casa-taller de Cerámica Madoura de Suzanne y George Ramié. Este matrimonio enseñó al artista malagueño desde lo más elemental a la técnica más compleja. Preparó un taller para él donde empezó realizando trabajos clásicos de cerámica, jarras, vasos y jarrones, y, posteriormente, compuso sus propias formas, piezas dobladas o figurillas.

Instalado en 1948 en La Galloise, una casa cercana a Madoura, desarrolló su trabajo cerámico exponiendo por primera vez en el Musée Grimaldi de Antibes. Esta muestra marcó el punto de partida de otras exposiciones en las que mostraba su nuevo lenguaje artístico, que no abandonó hasta 1971, poco antes de su muerte. Así, su taller Fournas, en Vallauris, una vieja destilería de perfumes donde trabajó entre 1949-1954, se convirtió en el lugar donde creó las cerámicas más representativas de este periodo.

Picasso produjo más de 3.500 diseños en cerámica. Empezó con objetos utilitarios simples, tales como platos y cuencos. Posteriormente, procedió a crear formas más ambiciosas, como jarras y jarrones, con asas, zoomorfas o antropomorfas. Mosaicos, vasijas, figuras torneadas, placas, tejas… fueron algunas de las tipologías que ejecutó en este material. La temática es muy variada, incluyendo figuras mitológicas griegas, formas de animales, como los búhos y los peces, tauromaquias, y caras, entre otras. Pero él siempre quiso que sus piezas, al menos algunas, fueran utilitarias, que tuvieran un uso diario, como le dijo a André Malraux: Hice platos, podemos comer en ellos.

El material cerámico ofrecía a Picasso un nuevo potencial. Nunca juzgó la cerámica como una forma de arte menor ni como una mera decoración de los objetos, sino que su actividad consistía en un permanente desafío creativo con este medio artístico. Como evidencia de la interconexión entre pintura, escultura y cerámica, el artista intercambió todas las formas, técnicas o temas entre las diferentes disciplinas y medios artísticos que trabajó, considerando su obra como un todo orgánico. Además de las propias formas que el artista había creado, también usó muchas cerámicas de la producción estándar de la factoría Madoura: platos, jarras, vasos y objetos diseñados por Suzanne Ramié, la propietaria de la fábrica. Desde 1950 en adelante, Picasso utilizó incluso tejas, azulejos, fragmentos de cerámicas y formas utilitarias tales como vasijas culinarias o mobiliario del horno. Picasso introdujo innovaciones importantes procedentes de otros medios artísticos. En la propia fabricación de arcillas, engobes, relieves y vidriados, se adaptan a formas innovadoras, con un sentido que se prodría calificar de escultórico. Una de sus grandes contribuciones fue la cerámica gráfica, utilizando una técnica de incisión análoga a las ediciones de sus grabados. Esto daría lugar, por ejemplo, a la producción de pâtes blanches (pastas blancas), que consistían en impresiones en relieve sobre arcilla blanca. 

Picasso realizó una abundante producción cerámica, de la que posteriormente se fabricaron en series, identificadas con las marcas estampadas Empreinte originale de Picasso y Editions Picasso. En 1982, Jacqueline Picasso hizo una donación de 41 piezas de cerámica originales a la ciudad de Barcelona, que ahora forman parte de la Colección del Museo Picasso. Esta colección está formada por platos longs, fuentes ovales, platos redondos, ollas, escudillas jarras y jarrones.

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