Pero el lector puede estar esperando a que se le aclare si la carne de Blue Babe era comestible, y la respuesta es afirmativa si hemos de creer al paleontólogo Björn Kurtén, que participó en la degustación de un estofado de carne de Blue Babe, y encontró que debajo de la azulada piel la carne estaba roja y fresca y tenía un gusto agradable, con un leve olor a tierra. Pero la historia no termina aquí, porque no fueron Kurtén y sus colegas los primeros que le hincaron el diente a la carne de Blue Babe. Hace 36.000 años una partida de leones le dio muerte, dejando señales de sus garras y colmillos sobre su cuerpo. Los matadores de Blue Babe no pudieron terminar de comerse su presa porque el intenso frío del ambiente (quizás a la llegada de la noche) congeló el cuerpo, que se volvió tan duro que tuvo que ser abandonado todavía bastante entero. Algún tiempo después sobrevino el enterramiento natural del bisonte y su definitiva conservación en el "permafrost". Pero antes, un león intentó todavía consumir la carne helada y se rompió una muela carnicera, dejando una parte que ha sido encontrada por los científicos, en la piel del bisonte.
Juan Luis Arsuaga en El collar del Neandertal. Editorial Planeta. Barcelona 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario