viernes, 29 de junio de 2018

arte rupestre en alicante

En 1998 la UNESCO incluyó el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica en su prestigiosa lista de Patrimonio Mundial. Ahora, veinte años después, el MARQ conmemora esa fecha con una exposición única que conducirá al visitante por un extraordinario recorrido a través de nuestro Primer Arte, desde Altamira hasta los abrigos del arte macroesquemático del Pla de Petracos en Castells. Más de ochocientos metros cuadrados, divididos en tres salas, ofrecerán al visitante la oportunidad de profundizar en el arte rupestre tanto de la provincia como de destacados enclaves del país. El original y cuidado diseño expositivo arranca con un guiño a las Cuevas de Altamira para mostrar el arte paleolítico a través de paneles y piezas de arte mueble del norte y centro peninsular, entre las que destaca el llamado Glotón del Jarama o la placa de Villalba. A esta selección se añade otra procedente de emplazamientos de la Comunitat Valenciana como la Cova del Parpalló de Gandía o el conjunto del Tossal de la Roca de La Vall d’Alcalà. Esta primera sala culmina con una potente imagen gráfica y audiovisual de los tres santuarios alicantinos: la Cova Fosca y la Cova del Reinós en La Vall d’Ebo y la Cova del Comte de Pedreguer. 

La segunda estancia, centrada en el Pla de Petracos, dejará constancia de la esencia del Neolítico y del Arte Macroesquemático, un estilo único que solo se ha registrado en la provincia de Alicante y cuya representación principal son las figuras humanas y los motivos geométricos. Los calcos de los principales conjuntos prehistóricos localizados en la montaña alicantina estarán acompañados por el vaso con el orante de la Cova de l’Or, procedente del Museo de Alcoy. 


Por último, la tercera sala concentra la documentación de más de veinte enclaves y está destinada al Arte Levantino y al Arte Esquemático que, en parte de su desarrollo, fueron sincrónicos. Este espacio exhibirá singulares piezas procedentes de distintos museos locales y nacionales, como el vaso de Costamar. 

‘Rupestre. Los primeros santuarios’ culminará con una evocación a la influencia del Arte Prehistórico en el Arte Contemporáneo con la obra de Miquel Barceló, Il pittore a Bologna (1983), como eje principal. En este sentido, la exposición incluye otras llamadas a la creación artística como un mural de Dionisio Gázquez y la proyección de un cortometraje dirigido por éste y por Alberto Hernández. Asimismo, cabe destacar los paisajes sonoros de las salas creados por el reconocido compositor alicantino Luis Ivars.


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