sábado, 31 de marzo de 2018
el risco, las herencias y la granja pompajuela
Desayunamos en el bar de Dimitri. Su hermana está sola currando esta mañana. Recién duchada y con el pelo recogida, hoy está radiante. Pienso en ella dibujada mientras comemos tostadas con café con leche.
Nos ponemos en ruta, hacia el Risco, rodeados de encinas y alcornoques por una carretera estrecha siempre hacia arriba, con pedruscos y jaras a un lado y un valle extenso al otro. También zonas de robledales ahora pelados. De los fresnos junto a los arroyos brotan unas pequeñas hojas anaranjadas. Arriba cogemos la penosa carretera hacia el embalse del Cíjara, todavía dentro del Parque de Cabañeros, con vistas espectaculares. A los quince kilómetros nos volvemos. Beni solo piensa en que tendremos que volver a subir el Risco, y no le hace gracia.
Se nos ha hecho tarde para llegar a comer a Las Herencias con Chema y Nieves. Así que vamos de un tirón pasando de las recomendaciones de Alejandra (parar en Hontanar) y la pareja de la moto (el chorro de Navalucillos) y ya solo paramos en algún tramo de dehesa y ese paisaje flipante de grandes piedras de granito rosa a la altura de santa Ana de Pusa. La computadora nos lleva por Alcaudete y, enseguida, Las Herencias. Hay prados verdes y muchos secaderos abandonados.
Chema, que es de aquí, compró aquí una casa medio en ruinas de unos caciques del pueblo y la ha arreglado poco a poco y con mucho esfuerzo, revalorizando todo lo que aún mantenía rescatable, como puertas, ventanas, muros, columnas, vigas, rejas y otros muchos detalles. El resultado es una casa hermosa donde apetece vivir, donde se está muy bien. Y aquí están ellos, y su perrita Lola, con las tapas y las cervezas preparadas y una comida agradable con buen vino que se alarga hasta el infinito y más allá.
Más tarde, visitamos la Granja de Pompajuela, una explotación agrícola que parece ya existía en la Edad Media, e incluso antes pudo haber una villa romana. Esta granja fue propiedad de los monjes jerónimos de Talavera. Un rico monasterio con un acuerdo de exclusividad sobre el vino en Talavera. De aquel convento quedan la capilla, corrales, almacenes, lagares y la cueva bodega en el cerro del palomar. Con la desamortización de Mendizábal pasa a manos privadas y sigue funcionando hasta no hace demasiado tiempo. Chema es el perfecto guía, pues estuvo viviendo y trabajando aquí, en los secaderos de pimientos y tabaco, regando el maíz en la isla grande. Su padre fue el encargado hasta poco antes de su jubilación, cuando la finca cambió de dueños. Las ruinosas edificaciones están siendo expoliadas. Entonces, sus explicaciones no pierden la comparativa entre lo que el vivió y lo que ha quedado, que se parece al de la alegría de la juventud y la tristeza de la decadencia.
Buscamos después la luz dorada sobre el río Tajo y Los Castillos ahora amarillos en las paredes al sol y de tupida vegetación en la cara Este. Es una pequeña sierra de cerros arcillosos y tupidos de vegetación, pero que el agua ha cortado derrumbando algunas zonas, que ahora se muestran desnudas al sol de poniente. Así cayó el castillo, dejando sus restos en la orilla. Por fin el Tajo en todo su esplendor.
Luego acabamos en el bar El Kiosco, de Ángel y Ana Mari oyendo las historias del cocido Marcial y viendo la colección de bicicletas de Ángel, que nos cuenta cómo se reciclaban los timbres a los que les habían robado la tapa y que a la bomba ellos le llaman infla.
viernes, 30 de marzo de 2018
por cabañeros
Pasamos por el embalse de Gasset con los árboles de la orilla metidos hasta las rodillas. La gente pasea y retoza al otro lado de la carretera, en la parte que llega el río Becea. Nos apartamos de la carretera maravillados por unas grandes construcciones de tapial que parecen una gran industria agrícola con iglesia abandonada a su suerte. De cerca la iglesia parece más nave con palomar adosado. Otra parada, hemos optado por el viaje lento, en el embalse de la Torre de Abraham, que retiene las aguas del río Bullaque. En Retuerta del Bullaque llegamos a la casa donde dormiremos. De aspecto monacal, sus pequeñas habitaciones rodean un patio de dos plantas con fuente y una gran palmera. El pueblo mantiene muchas casitas de una planta hechas de piedras rojizas y ladrillos rodeando puertas y ventanas. En muchos casos están jalbegadas de blanco con friso también blanco o rosado. Me gusta mucho el aspecto de las fachadas blancas sin perder el relieve.
Ya en Navas de Estena, damos un paseo por la orilla del río Estena en una zona encajonada que llaman boquerón. Por un camino que discurre por ambas orillas, con puentes de madera para pasar a un lado y otro, acompañados de alcornoques, fresnos, jaras, romero, lentiscos... y vigilados por sus extrañas formaciones rocosas de pizarra y cuarcita. Hace millones de años esto estaba cubierto de agua marina, corrían los trilobites, se agarraban las anémonas y hacían túneles los gusanos gigantes.
De todos ellos quedan fósiles en estas orillas, y algunos ejemplos de discordancia toledana.
Para nuestro descanso nos sentamos en el bar Casa Román, donde trabajan los hermanos Dimitri, Alejandra y Román, que vino de Madrid a echar una mano, con su padre. Dimitri, el menor, es un tío muy curioso que parece que el pueblo le queda un poco pequeño. Hablamos un poco de cine mientras lo dibujo. A Alejandra le gustan los paseos por la montaña y suele ir a los Picos de Europa y los Pirineos. Tiene esa cara blanca saludable, con chapas, que tienen las mujeres del campo de los países del Este, al menos en las películas, y esa agradable sonrisa. Dimitri da el aspecto de salud mental, más que física, algo así como un jugador de ajedrez. Román es diferente, como salido de un gimnasio. Jeyco creo que es hijo de la mujer de Román y tiene un simpático y algo triste aspecto bengalí. El padre trabajó de pastor por los años ochenta y encontró un pesado meteorito gris con oquedades anaranjadas (como óxido de hierro) que lo tiene expuesto en el bar, junto a unos recortes de prensa en que destacan más la anécdota de que lo usó para prensar jamones que su valor en sí.
Son gente maja y se enrolla. Los dibujo y me invitan a probar varias marcas de la bodega de la Dehesa del Carrizal: el multivarietal, el cabernet sauvignon y el syrah, vinos ricos del pueblo, donde también se elaboran los deliciosos vinos de la bodega Vallegarcía: Petit Hipperia, Hipperia y Vallegarcía Syrah, viñedos y bodegas que visitamos esta tarde. Grandes vinos concentrados en esta pequeña zona de los Montes de Toledo.
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jueves, 29 de marzo de 2018
geología de cabañeros
Traza axial de los principales países varicos y prevalentes en el parque |
Principales accidentes tectónicos en el Parque Nacional de Cabañeros (fallas con desplazamientos horizontales superiores al medio kilómetro). |
Excavaciones producidas por gusanos gigantes, con detalles de su aspecto original (abajo a la izquierda), algunas constricciones (abajo centro) y de otro ejemplar con fuerte curvatura (abajo a la derecha). Sección del Boquerón del Estena. |
El trabajo de campo en el Parque Nacional de Cabañeros para completar la primera cartografía geológica de todo el conjunto condujo al descubrimiento de yacimientos paleontológicos cambro-ordovícicos, obteniéndose datos nuevos y significativos tanto a escala del Macizo Ibérico como, en un caso, también internacional. Los hallazgos más antiguos son los icnofósiles de anémonas marinas y excavadores micrófagos de las areniscas del Cámbrico inferior. Los materiales del Ordovícico Inferior contienen las huellas fósiles más antiguas de gusanos gigantes, de hasta 11,6 m de longitud y 20 cm de anchura. También hay un amplio registro de huellas de trilobites, de las que destaca un gran panel de Cruziana que probablemente represente una congregación reproductiva, además de haber logrado redescubrir un yacimiento icnológico clásico, olvidado desde el siglo XIX, y caracterizar por vez primera huellas gigantes de artrópodos desconocidos (45 cm de anchura).
Como resultados derivados del proyecto, las sucesiones paleozoicas de Cabañeros han sido incluidas
entre los siete Lugares de Interés Geológico españoles pertenecientes al Contexto “Sucesiones Estratigráficas del Paleozoico Inferior y Medio”, catalogados por el IGME entre el Patrimonio Geológico Español de Relevancia Internacional, dentro del programa Global Geosites (IUGS-UNESCO).
Lutitas en el sinclinal La Chorrera, Navas de
Estena, nódulos antes y después de apertura, que
muestran diversos trilobites y moluscos bivalvos.
|
Los descubrimientos paleontológicos derivados del proyecto, así como la aplicación de técnicas novedosas de geoconservación para superficies icnológicas gigantes, han posibilitado la selección de un mínimo de tres geositios relevantes dentro del Parque Nacional. Este patrimonio geológico debería tenerse en cuenta para futuras acciones de caracterización y divulgación de los valores naturales de Cabañeros.
miércoles, 28 de marzo de 2018
un paseo por el río tajo
El próximo proyecto de viaje es seguir el río Tajo desde Talavera de la Reina hasta Lisboa, pasando por sus parques naturales: Monfragüe, Parque Natural Tajo Internacional, Sierra de San Mamés y la Reserva Natural de la Biosfera entre Entroncamiento y Santarém. Aprovechando mi visita a Abrantes.
martes, 27 de marzo de 2018
domingo, 25 de marzo de 2018
cuadernos de pizarra
National Geographic
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sábado, 24 de marzo de 2018
la fortaleza de alarcos
En la Edad media existió aquí una ciudad amurallada de 33 hectáreas construida sobre los restos de una anterior oretana. En su construcción se aplicaron distintas técnicas. La primera de mampostería, se asienta directamente sobre la roca cuarcítica. Sobre ella se desarrolla una segunda, del mismo momento, en la que una sucesión de tapiales encerados de piedra trabados con cal y puzolana le han dado el aspecto grisáceo que posee. Sus esquinas se reforzaban con sillares, con la marca del cantero.
Los primeros restos corresponden a un castillo árabe, luego reconstruido y rodeado de una muralla para contener una pequeña población por Alfonso VIII. Durante el asedio árabe, que culminó en la batalla de Alarcos (1195), la muralla seguía en construcción, pues la gran zanja de ésta fue aprovechada para enterrar todos los restos mortales de cristianos y caballos revueltos, que han sido hallados en las excavaciones posteriores. Fue después también ciudad árabe hasta la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Alfonso X reutilizó sus materiales para la construcción de Villa Real en el sitio del Pozuelo Seco de Don Gil, lugar de descanso en el viaje de Toledo a Andalucía que estaría situado en la actual Plaza del Pilar. Los restos de la antigua ciudad quedaron para siempre abandonados. El tiempo la convirtió en un simple cerro, hasta que las excavaciones iniciadas en 1984 la sacaron a la luz.
Los primeros restos corresponden a un castillo árabe, luego reconstruido y rodeado de una muralla para contener una pequeña población por Alfonso VIII. Durante el asedio árabe, que culminó en la batalla de Alarcos (1195), la muralla seguía en construcción, pues la gran zanja de ésta fue aprovechada para enterrar todos los restos mortales de cristianos y caballos revueltos, que han sido hallados en las excavaciones posteriores. Fue después también ciudad árabe hasta la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Alfonso X reutilizó sus materiales para la construcción de Villa Real en el sitio del Pozuelo Seco de Don Gil, lugar de descanso en el viaje de Toledo a Andalucía que estaría situado en la actual Plaza del Pilar. Los restos de la antigua ciudad quedaron para siempre abandonados. El tiempo la convirtió en un simple cerro, hasta que las excavaciones iniciadas en 1984 la sacaron a la luz.
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viernes, 23 de marzo de 2018
jueves, 22 de marzo de 2018
miércoles, 21 de marzo de 2018
un cementerio para un bebé muerto
Del pueblo hoy solo quedan paredones de tapial derruidos y la fachada de la iglesia sin campana. El cementerio mantiene las tapias circundantes, aunque dentro es una maraña de coscojas, lentiscos, jaras y matas de romero sobre la que se elevan los estilizados y elegantes cipreses. El camino es ahora un arroyuelo de agua limpia que muere en el Jándula. Por un trozo de pared hundida se puede entrar.
Como quiera que la mina se cerró ocho años después de ser construido el pueblo y que quienes lo habitaban eran familias jóvenes, imaginamos que no hay muertos enterrados. Ni lápidas, ni cruces, ni ramos de flores secas debió haber nunca, ni un solo llanto. Sin embargo, próximo a las barriadas de los obreros existían charcas formadas por hundimientos del terreno sobre las galerías de la mina con pequeños pozos que desviaban los obreros para regar sus huertos. En apenas unos años la mitad de los habitantes de Nava de Río Frío estaban afectados de paludismo, llegando a ser el mayor foco de la provincia.
Sabemos que se instaló en 1927 un dispensario central antipalúdico cargado de quinina a solicitud de la empresa minera Sociedad de Peñarroya, a partir del cual médicos de la empresa mantuvieron sendos dispensarios en los centros de San Quintín y Asdrúbal hasta 1932, y la Comisión Central trasladó el dispensario a Puertollano, a partir de marzo de 1931, en concomitancia con las obras del ferrocarril Puertollano-Córdoba y como uno de los servicios mixtos de higiene minera (anquilostomiasis y paludismo), por el cierre de la mina de La Nava.
Así que, cerca de la cruz central, escondida por la vegetación, puede verse una pequeña lápida sin cruz, rota y comida por el líquen, donde dice que Marianito Rubio Pareja subió al cielo el dos de abril de 1928 a la edad de siete meses. Y que sus pobres padres, olvidados de todos, muertos y ya enterrados sepa Dios dónde, no lo olvidan.
El ferrocarril y la minería extendieron el paludismo con su gran movimiento migratorio de personas. La minería especialmente por el movimiento de braceros temporales que venían de otras regiones en invierno para mover los terrenos y que volvían a su tierra a las labores agrícolas en verano. Luego, se desarrollaba en unas malas condiciones higiénicas, con lavaderos sucios, agua estancada y abundante vegetación. La salud del infeliz obrero, víctima constante de rebeldísima infección malárica escribe Juan Tomás García en su libro sobre la minería sevillana del carbón.
La Sociedad Minera utilizaba dos pantanos, dos embalses y dos arroyos para el desagüe de las minas. Para combatir el paludismo se utilizó petróleo, “verde parís” y gambusias. Para favorecer el crecimiento de los peces y su acceso a los nidos de larvas se realizó un aclarado de la vegetación vertical y se suprimió la horizontal. El tratamiento terapéutico se realizó con dosis de 1 gr de quinina durante seis días y diez días con plasmoquina. Por encargo de la Dirección General de Sanidad, se llevó a cabo en 1927 una campaña antipalúdica, con la colaboración de los doctores Fábrega y Cienfuegos y la coordinación de Emilio Luengo. Estos últimos facultativos detectaron que de los 703 habitantes censados, 369 estaban afectados de paludismo.
A partir de 1928 la Sociedad de Peñarroya estableció de forma permanente un Laboratorio de Profilaxis e Higiene Industrial, con el fin de realizar un seguimiento del paludismo de 1928 a 1932. Bajo la dirección facultativa de M. Maldonado las analíticas realizadas fueron:
Año Nº de análisis totales Análisis positivos Gastos quinina
1928 1092 35% 10.071 gr
1929 4567 46% 86.902 gr
1930 6170 49% 91.415 gr
1931 4460 43% 41.433 gr
1932 1895 29% 10.318 gr
Se capturó A. maculipennis en un 58% de los casos y por centenares en las cuadras. Se detectaron fiebres tercianas y perniciosas. Maldonado suministró a los enfermos 1 gramo de quinina durante seis días y durante los siguientes diez días plasmoquina con buenos resultados. En 1932 se suministraron además 40.000 tabletas de plasmoquina. Además se utilizaron 851 Kg de “verde parís” en la campaña antipalúdica. A pesar de los ejemplos descritos, el paludismo no era una enfermedad endémica de las cuencas mineras, sino más bien que las minas estaban enclavadas en lugares palúdicos. Además, la remoción continua de tierras y el lavado de los minerales formaban depósitos de agua permanentes que podían convertirse en focos de paludismo. La falta de medicación preventiva por un lado y por otro la falta de vigilancia en la administración de la quinina para los obreros, acabó provocando un aumento en la incidencia de la enfermedad.
La erradicación del paludismo en España. Aspectos biológicos de la lucha antipalúdica. Memoria de Tesis Doctoral de Balbina Fernández Astasio. Universidad Complutense de Madrid, 2002.
Félix encontró dos lápidas
Como quiera que la mina se cerró ocho años después de ser construido el pueblo y que quienes lo habitaban eran familias jóvenes, imaginamos que no hay muertos enterrados. Ni lápidas, ni cruces, ni ramos de flores secas debió haber nunca, ni un solo llanto. Sin embargo, próximo a las barriadas de los obreros existían charcas formadas por hundimientos del terreno sobre las galerías de la mina con pequeños pozos que desviaban los obreros para regar sus huertos. En apenas unos años la mitad de los habitantes de Nava de Río Frío estaban afectados de paludismo, llegando a ser el mayor foco de la provincia.
Sabemos que se instaló en 1927 un dispensario central antipalúdico cargado de quinina a solicitud de la empresa minera Sociedad de Peñarroya, a partir del cual médicos de la empresa mantuvieron sendos dispensarios en los centros de San Quintín y Asdrúbal hasta 1932, y la Comisión Central trasladó el dispensario a Puertollano, a partir de marzo de 1931, en concomitancia con las obras del ferrocarril Puertollano-Córdoba y como uno de los servicios mixtos de higiene minera (anquilostomiasis y paludismo), por el cierre de la mina de La Nava.
Así que, cerca de la cruz central, escondida por la vegetación, puede verse una pequeña lápida sin cruz, rota y comida por el líquen, donde dice que Marianito Rubio Pareja subió al cielo el dos de abril de 1928 a la edad de siete meses. Y que sus pobres padres, olvidados de todos, muertos y ya enterrados sepa Dios dónde, no lo olvidan.
El ferrocarril y la minería extendieron el paludismo con su gran movimiento migratorio de personas. La minería especialmente por el movimiento de braceros temporales que venían de otras regiones en invierno para mover los terrenos y que volvían a su tierra a las labores agrícolas en verano. Luego, se desarrollaba en unas malas condiciones higiénicas, con lavaderos sucios, agua estancada y abundante vegetación. La salud del infeliz obrero, víctima constante de rebeldísima infección malárica escribe Juan Tomás García en su libro sobre la minería sevillana del carbón.
Comercialización de la quinina en 1928 |
La Sociedad Minera utilizaba dos pantanos, dos embalses y dos arroyos para el desagüe de las minas. Para combatir el paludismo se utilizó petróleo, “verde parís” y gambusias. Para favorecer el crecimiento de los peces y su acceso a los nidos de larvas se realizó un aclarado de la vegetación vertical y se suprimió la horizontal. El tratamiento terapéutico se realizó con dosis de 1 gr de quinina durante seis días y diez días con plasmoquina. Por encargo de la Dirección General de Sanidad, se llevó a cabo en 1927 una campaña antipalúdica, con la colaboración de los doctores Fábrega y Cienfuegos y la coordinación de Emilio Luengo. Estos últimos facultativos detectaron que de los 703 habitantes censados, 369 estaban afectados de paludismo.
A partir de 1928 la Sociedad de Peñarroya estableció de forma permanente un Laboratorio de Profilaxis e Higiene Industrial, con el fin de realizar un seguimiento del paludismo de 1928 a 1932. Bajo la dirección facultativa de M. Maldonado las analíticas realizadas fueron:
Año Nº de análisis totales Análisis positivos Gastos quinina
1928 1092 35% 10.071 gr
1929 4567 46% 86.902 gr
1930 6170 49% 91.415 gr
1931 4460 43% 41.433 gr
1932 1895 29% 10.318 gr
Se capturó A. maculipennis en un 58% de los casos y por centenares en las cuadras. Se detectaron fiebres tercianas y perniciosas. Maldonado suministró a los enfermos 1 gramo de quinina durante seis días y durante los siguientes diez días plasmoquina con buenos resultados. En 1932 se suministraron además 40.000 tabletas de plasmoquina. Además se utilizaron 851 Kg de “verde parís” en la campaña antipalúdica. A pesar de los ejemplos descritos, el paludismo no era una enfermedad endémica de las cuencas mineras, sino más bien que las minas estaban enclavadas en lugares palúdicos. Además, la remoción continua de tierras y el lavado de los minerales formaban depósitos de agua permanentes que podían convertirse en focos de paludismo. La falta de medicación preventiva por un lado y por otro la falta de vigilancia en la administración de la quinina para los obreros, acabó provocando un aumento en la incidencia de la enfermedad.
La erradicación del paludismo en España. Aspectos biológicos de la lucha antipalúdica. Memoria de Tesis Doctoral de Balbina Fernández Astasio. Universidad Complutense de Madrid, 2002.
Félix encontró dos lápidas
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martes, 20 de marzo de 2018
un lápiz de 10.000 años
Los arqueólogos que excavan junto a un lago antiguo en Scarborough, North Yorkshire, Reino Unido, dicen que pueden haber descubierto uno de los primeros ejemplos de un crayón. Se cree que la pieza de ocre de color marrón rojizo se usó hace 10.000 años para colorear pieles de animales o para producir obras de arte durante el período Mesolítico.
El objeto oblongo descubierto tiene solo 22 mm de largo y 7 mm de ancho, como un pequeño trozo de tiza, pero muestra una superficie muy estriada donde probablemente se raspó para crear un pigmento rojo. Un lado de la herramienta está afilado, otra sugerencia de que la pieza se usó para dibujar o colorear. El Dr. Andy Needham del Departamento de Arqueología de la Universidad de York explicó que el descubrimiento ayuda a los arqueólogos a comprender cuán significativo podría haber sido el color para los cazadores-recolectores del período Mesolítico.
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lunes, 19 de marzo de 2018
esclavos en bolaños
También se les imputan los delitos de amenazas, contra los derechos de los trabajadores, falsificación de documento privado y usurpación de estado civil, según ha informado la Delegación del Gobierno en nota de prensa.
La operación se inició en octubre del 2016 tras de varias denuncias presentadas ante la Guardia Civil por varios ciudadanos, en la que exponían haber sido víctimas de un posible delito de trata de seres humanos con fines de explotación laboral y contra los derechos de los trabajadores.
En este sentido, tras ser captados en su país de origen, les ofrecían un trabajo remunerado en el municipio de Bolaños de Calatrava, donde eran trasladados y acogidos en gran número en viviendas que previamente habían sido alquiladas por los ahora detenidos.
Posteriormente empleaban a las víctimas en explotaciones agrícolas, las cuales no recibían nunca la cantidad económica pactada, quedándose la organización parte del salario.
Al respecto, los agentes realizaron una serie de vigilancias y seguimientos, detectando tres grupos de personas, que según necesidades de trabajo se intercambiaban trabajadores como mano de obra y utilizaban de forma indistinta los vehículos de que disponía cada grupo para desplazarse a diferentes puntos de la región o incluso a provincias limítrofes, dependiendo de la temporada o recolección de cada fruto.Los investigadores descubrieron que este grupo criminal contaba con el apoyo de una gestoría que era la encargada de falsificar tanto los contratos privados como de usurpar las identidades de los trabajadores.
Esta gestoría realizaba este trabajo para que en caso de que fueran sorprendidos por alguna inspección de trabajo, darles de alta rápidamente en el régimen de la Seguridad Social, a fin de eludir posibles responsabilidades penales.
Además, durante el tiempo que han durado las investigaciones, se ha contado con la colaboración de los inspectores de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social.
Como resultado de esta operación, se ha desarticulado una Organización Criminal, se ha detenido a dieciocho personas y tres más en calidad de investigadas.
Las diligencias instruidas por la Guardia Civil, junto con las personas detenidas, han sido puestas a disposición del Juzgado de Instrucción nº 1 de Almagro.
Ninguno de los tres medios aporta nada más al texto de la agencia de noticias.
domingo, 18 de marzo de 2018
ada-kaleh: la isla sumergida
Pinturas y fotos de la isla. La última es la única aérea que existe, de las décadas 20 0 30. |
Fue una isla del Danubio de dos kilómetros de longitud y algo menos de medio kilómetro de anchura. Se encontraba en un lugar llamado Cazane, donde el curso del río se estrechaba y las aguas pasaban por un desfiladero grandioso, entre rocas que se perdían en el cielo. El nombre lo tomó de las primeras fortificaciones construidas aquí, contra los turcos, por Iancu Hunedoara. Cuando llegaron los turcos, la bautizaron "Ciudad de la Isla" (Ada-Kaleh). Como los flecos deshilachados de la frontera entre los imperios otomano y austriaco pasaron con frecuencia delante y por detrás de la isla, ésta cambió muchas veces de nombre y de topología. En 1716 pasó a los mapas bajo el nombre de Carolina y luego, dado que Franz Joseph, huyendo de los turcos, enterró su corona en la isla (en el centro geométrico exacto del rombo rodeado de agua, como anotó el alquimista del emperador, el islote fue rebautizado "Corona". En 1717 Eugenio de Saboya construyó aquí una de las más modernas y más sólidas ciudadelas de la época. La isla solo estaba habitada por pacíficos escorpiones mediterráneos y serpientes inofensivas, de vientre amarillo, que se escabullían entre las hierbas. Un botánico húngaro descubrió en la isla dieciocho especies de plantas con flores que no existían en ninguna otra parte del mundo.
Ada-Kaleh entre 1890 y 1905. Impresión Photochrom (litográfica) de autor anónimo. Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. |
Solo tras casi un siglo de conquistas y reconquistas del bastión, pudo la isla conocer la calma, así que unos cuantos centenares de prófugos -en su mayoría piratas- de un imperio otomano en proceso de desintegración encontraron refugio entre las ruinas de la ciudadela. Eran turcos, kirguices, árabes, persas, desavenidos por la lengua y unidos por la fe, que, a lo largo de varias décadas, levantaron la aldea que más adelante engullirían las aguas. Se dejaron de arrebatos belicosos y se hicieron vendedores de delicias turcas y suciuc, fabricantes de braga y artesanos del latón, cultivadores de tabaco o, simplemente, pescadores. Llevaron a sus mujeres envueltas en velos, para que les acarrearan el agua en cántaros, sobre la cabeza, y para que criaran a sus hijos. Cuando sucumbió el "Enfermo de Europa", la isla turca se independizó de la madre patria, y en 1922, a través de un plebiscito, pasó a manos de la administración rumana.
La mezquita en 1912, con su jardín, interior de 1937 y otras fotos y postales. |
Entre las dos guerras siguió una época de gloria, leyenda y magia pintoresca de la isla, bautizada a partir de entonces "anillo de esmeralda del dedo del Reino de Rumanía" o "cesto de flores que flota en el Danubio". Los sucesivos gobernadores llevaron una política autónoma, gracias a la cual la modesta aldea originaria se transformó en una especie de paraíso escapado de los versos de los versos de Ion Barbu: "Junto a un Danubio turco / En una llanura de tabaco / En medio del mal y el bien / Tiene que florecer / Blanca, cálida Isarlâk". Las casitas cegadoramente blancas se agrupaban en torno a la mezquita, en cuyo centro se alzaba el minarete desde el que el muecín emitía los cantos. Construida como iglesia por los monjes franciscanos en el siglo XVIII, el edificio de la mezquita fue consagrado al Profeta y consiguió el minarete nuevo gracias a los milagros realizados en la isla por el imán Miskin-Bada, que sería enterrado a los pies de la torre. Pero la maravilla principal de la mezquita, de la isla e incluso de todo el mundo islámico era (y lo sigue siendo aún, pues hoy en día se encuentra enrollada, por falta de espacio, en el edificio de la mezquita de Constanta) la famosa alfombra persa, la más grande del mundo en aquella época, que decoraba la sala principal de la mezquita. Medía quince metros de largo por nueve de ancho, y pesaba quinientos kilos. La alfombra fue donada a la comunidad turca de la isla por el sultán Abdul Hamid II, en 1904, en señal de veneración al santo musulmán allí enterrado. Los que durante el día pisaban la legendaria alfombra y, durante el rezo, hundían la frente en su increíble grosor, soñaban porla noche con el Paraíso lleno de huríes voluptuosas y montañas de jugoso pilaf, como en los suras del Corán.
Mi madre me contaba que, cuando era una cría, ancianos turcos iban hasta su pueblo en un carrito tirado por un burro. Vendían especialidades de Oriente: delicias turcas traslúcidas como cristal blando, mostillo, turrón de nuez, higos secos. Como la gente no tenía dinero, los turcos les regalaban esos manjares a cambio de huevos o mazorcas de maíz. les gustaban los niños y muchas veces, alos más pobres, como era mi madre, les regalaban dulces. Muchos de los turcos que así recorrían Muntenia debían de proceder de Ala-Kaleh.
Pero más allá de estos quehaceres humildes, tradicionales, la prosperidad y la fama de la isla se debían a la fábrica de cigarrillos Musulmana, famosa literalmente en el mundo entero durante el periodo de entreguerras. Sentadas en sus bancos de trabajo en una nave gigantesca, riendo y bromeando entre ellas, las mujeres turcas enrollaban los puros con las manos y el pecho, y los alineaban luego en cajitas de madera aromática, en las que ponía "Mariscal", "Regal", "Bafra", "Ali Kadri"... Puesto que la isla era un puerto franco, la fábrica estaba libre de pagar aranceles de exportación, y así prosperó de forma increíble hasta convertirse en la proveedora de humo enrollado y perfumado de las principales casas reales de Europa. La empresa fue fundada por un antiguo pescador, Ali Kadri, que enseguida se convirtió en el "sultán" de la comunidad. Su palacio, alzado junto a la mezquita, era el edificio más importante de Ada-Kaleh. "Toda la isla está en la barriga de Ali Kadri", escribió una vez un reportero.
Gente de la isla, Bego Mustafa el gobernante en 1900, el embarcadero, las casas más ricas, el modesto dispensario y el ferry. |
En los años treinta, la isla era una especie de yate de lujo varado en medio del Danubio. Sus calles estaban llenas de cafés y bazares que no cerraban nunca, el contrabando y el comercio se daban la mano ante los ojos permisivos de las autoridades; como en "Casablanca", las historias de amor sucedían bajo velos espesos, provocados por una china de hachís y una cucharita de sorbete.
La isla "se hundió" por primera vez en 1948, cuando las oleadas de la historia ahuyentaron el lujo oriental. Los negocios fueron nacionalizados o clausurados. También la fábrica de cigarrillos pasó a manos del Estado. Sin embargo, incluso con los comunistas, el encanto mágico de la isla sobrevivió, pues estaba en la mente y en el corazón de todos, al menos como alfombra oriental o como canción.
El fuerte de Ada-Kaleh: usado como viviendas, los sótanos , algunas paredes y la puerta principal (la última de los 50 o 60). |
El desastre, increíble para los rumanos, llegó después, cuando, con el chasquido de los dedos de un futuro tirano, uno de los lugares más bellos de la tierra fue arrasado como si no hubiera existido nunca, Cuando años más tarde Ceaucescu destruyó iglesias, cuando derribó el centro histórico de Bucarest o cuando quiso eliminar -un tornado de rostro humano- los pueblos rumanos, protestó toda la comunidad internacional. Pero el crimen contra la isla Ada-Kaleh tuvo lugar en el momento en que el presidente era un héroe a ojos de todo el mundo: se había opuesto a la invasión de Checoslovaquia por parte de las tropas del Tratado de Varsovia, se había paseado en la carroza de la reina de Inglaterra y había visitado la América de Nixon. ¿Quién iba a protestar? ¿Quién podría entenderlo? Por una parte, teníamos un héroe nacional y unos intereses económicos vinculados a la central. Por otra, una manada de turcos en un parche de tierra entre las aguas... También la propaganda comunista funcionó a toda máquina: sí, Orsova, la antigua ciudad rumana, desaparecería, pero se contruiría Nueva Orsova. una ciudad moderna en un Estado moderno. Sí, la isla de Ada-Kaleh sería devorada por las aguas, pero renacería en otra isla, Simian, adonde trasladarían la mezquita y una parte de la ciudadela. Es inútil decir que Simian no se convirtió jamás en otra Ada-Kaleh. de hecho, volaron la ciudadela y allanaron la propia isla con excavadoras. Transportaron unas cuantas piedras de la mezquita -abandonadas luego a su suerte- a la nueva isla ahogada por la maleza. A los mil turcos de Ada-Kaleh les ofrecieron elegir entre seguir siendo ciudadanos rumanos o emigrar a Turquía. Aparte de unos cuantos viejos, demasiado nostálgicos como para partir lejos de los paisajes de su juventud, los demás se fueron para siempre. En Estambul y en Ankara aparecieron luego fábricas textiles de la marca Ada-Kaleh que producía ropa barata y de calidad. La delicia turca "lokum", conocida también como Ada-Kaleh, se vende todavía hoy en los bazares del Cuerno de Oro.
Durante mucho tiempo, los que se quedaron en Nueva Orsova se reunían en la orilla del Danubio, las noches de luna llena, cuando el agua se transformaba en un cristal grueso bajo el que se podían adivinar con claridad -sostenían ellos con obstinación- la antigua isla, en el fondo del Danubio, no solo con su mezquita, el palacio de Ada Kadri y la fábrica Musulmana, sino con cada una de las tiendas de dulces y refrescos, las suyas y las de sus vecinos. Luego los viejos, que vestían aún bombachos y fumaban aún narguiles, fueron muriendo uno tras otro, soñando tal vez con el Paraíso lleno de huríes, montañas de pilaf y aves Fénix, como señala el Corán. de la esmeralda que en otra época brillaba en el dedo del Reino de Rumanía quedaron únicamente una canción, "Ada-Kaleh, Ada-Kaleh", compuesta por Eli Roman con los versos de Grigoriu, y una novela, "Noches en Ada-Kaleh", de Romulus Dianu, olvidadas también hace tiempo.
Estimación de la posición de Ada Kaleh. Foto: Google Earth, enero de 2010. Gráficos: Don Hitchcock, febrero de 2010.
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sábado, 17 de marzo de 2018
una ruta por la nava de río frío
Recorro esta nava, el espacio más o menos llano rodeado de montañas, desde el mirador de Río Frío hasta la Hoz del Jándula pasando por la mina de Peñarroya, el cementerio de Pueblo Nuevo, ese poblado minero y el río Robledillo. Y luego vuelvo a subir hasta la mina de Los Pontones en la Hoz del Chorrillo, siguiendo el Jándula en sentido contrario. En esta hoz, visito las cuevas con pintura esquemática al estilo de Peña Escrita y veo las galerías y edificaciones que quedan de la mina. Como digo, aquí le llaman Río Frío al Jándula, que es un nombre más propio de Andalucía.
El trayecto me lleva cuatro horas y media, pero con paradas por la lluvia y comida. Además de todos los inconvenientes de tanta agua corriendo por todas partes. Calculo que a buen ritmo puede hacerse en tres horas y media. He visto ciervos, patos, buitres negros, garzas y mogollón de colmenas. Los árboles más comunes son las encinas, enebros, serbales y alisos, acebuches y fresnos en la rivera de los ríos. Y los arbustos de monte bajo: jara, lentisco, cornicabra, brezo y cantueso. También mucho romero, en flor, y mejorana. Junto a las rocas de la Hoz de Río Frío, esparragueras, ombligos de Venus e hinojo echando su hermoso y rico plumón.
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