Todavía se la conoce como Terreiro do Paço, nombre que le viene de cuando fuera palacio real antes del gran terremoto de Lisboa de 1755, que se llevara por delante su enorme biblioteca de 70.000 libros. Actualmente es una plaza porticada amarilla con solo tres lados, pues la cuarta pared es el río Tajo. En el centro, el rey José I monta un caballo de bronce que pisotea unas serpientes.
De un tiempo en que estaba desolada y llena de vehículos, es ahora un lugar de reunión de la gran cantidad de turistas que bichean la Baixa y las tiendas y bares de sus robelios. No nos resulta fácil encontrar un hueco en la escalera de mármol al Tajo donde disfrutar de este hermoso sol con música de las guitarras que mendiguean al turismo.
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