Esta etapa es divertida. Tiene muchos pueblos, montaña, bosque, dos ríos (Elorz y Arga) y algunas fiestas. También te da alas que sea la última etapa, puede uno dar más. Vamos por la falda de una cadena paralela al río Elorz, en plan rompepiernas, arriba-abajo.
En Guerendiain, un pueblo tranquilo de cuatro casas, bebo en la fuente de la Paz. Pillo a los abuelos llegando a Tiebas, en un tramo rompepiernas, pero allí me apreto un bocata gigante de panceta y me vuelven a pillar. Espero casi una hora a que Carlos llegue y se coma su bocata. De los demás no sabemos nada. Mientras Carlos come, dibujo la iglesia. Un paisano me dice que en El Puente hay fiestas.
En Enériz (ya llevamos 23 kms) se oye la música en la plaza. Me acerco. Hay gigantes y cabezudos, y la gente de blanco con cinto y pañuelo rojos. La Sociedad está a tope. Me tomo unos fritos con cerveza y sigo adelante.
Después de un paseo de arbustos, llego a la ermita románica de Santa María de Eunate. Una iglesia octogonal con la espadaña centrada en el techo. Ocho arcos entre ocho columnas de dos pisos. Bajo uno de ellos, ventana y la puerta que se usa, muy pequeña. El arco de enfrente es un pequeño ábside con el altar. La puerta principal, típica románica, con sus arcos concéntricos de medio punto, profusamente decorados. A ambos lados, dos cabezas barbadas en soguillas como tentáculos de pulpo. Un peregrino me cuenta que es una representación de Baphomet, una deidad cuyo culto se le atribuye a los caballeros templarios.
Aquí ya hay peregrinos del Camino Francés. Me cuentan que demasiado concurrido. No tengo prisas. Dibujo la ermita con su arcada exterior octogonal. Charlo con los peregrinos.
Cuando llega Carlos, la ermita ya está cerrada. Se tumba en la hierba un rato y partimos a Ontanos, donde comemos y bebemos algo. Es un pueblo chulo, de piedra. me encanta la rehabilitación del frontón, respetando su antiguo muro, con un techo de madera curvo precioso. Y no la mole de Monreal.
El Puente de la Reina, un pueblo esencialmente peregrino. Lleno de bastones, macutos y conchas de vieiras.Veo el convento de S. M. de las Huertas y su extraña iglesia de enfrente, de dos naves y con las columnas centradas. En la puerta gótica, un monstruo bien dentado tiene a una señora a medio comer (o quizás a medio vomitar), quedándole sólo de ombligo para abajo de la impúdica dama. Dibujo el puente romano y doy un voltio por la parte vieja, hasta la parada del autobús que nos llevará a Pamplona.
Nos juntamos todos y también Pili, que se despide ya en Pamplona. Ducha. Plaza del Castillo y Estafeta. Cenamos de tapas en Okapi. De todas las ricas tapas, triunfan las manitas rellenas de morcilla, que están deliciosas y no son tan fuertes como su nombre. Cafés en Iruña. La nata de espray. Camarera con mala leche. Los cubatas en el hotel. Zetas, troncos serrados, hiporronquidos huracanados.
Enhorabuena por tu blog, me encantan los dibujos, son maravillosos. Y también la descripciones que haces de las etapas del Camino, del que soy una apasionada. He hecho el francés dos veces, el portugués y la segunda quincena de agosto quiero hacer el aragonés, seguiré hasta Logroño, tus apuntes me animan aún más a hacerlo y seguro que me ayudarán en el Camino. Muchas gracias. Buen Camino!!
ResponderEliminarMe alegra de que esto sirva para algo. Te deseo un buen camino.
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