A finales del siglo XIX y principios del XX, decenas de miles de campesinos y obreros españoles dejaron atrás sus hogares para emprender viaje a los Estados Unidos, donde se afincaron en compactos enclaves a lo largo y ancho del país. Es una historia relativamente desconocida, casi invisible, tanto en España como en los EE.UU., que Luis Argeo y James D. Fernández han querido hacer visible exponiendo el material encontrado en la visita a las casas de sus descendientes, en su mayoría estadounidenses desligados de su lengua y costumbres, durante más de diez años; rescatando del olvido y de la pérdida de sentido el patrimonio cultural de los españoles expatriados en Estados Unidos no solo con la Guerra Civil, sino mucho antes, en búsqueda de prosperidad. Allí aparecieron viejos álbumes y cajas de galletas con fotos y documentos de sus padres, abuelos y bisabuelos, cuya única patria fue, en muchos casos, el trabajo, y su epopeya la de los emigrantes de todos los tiempos y lugares: la búsqueda cotidiana del bienestar, la decencia, la dignidad.
Entre los objetos encontrados, estos dos cuadernos. Uno de ellos es un diario de Cayetano García con notas sobre su viaje y trabajos en la costa en distintas empresas, y que conserva su nieto Mike Muñoz. El otro es un recetario de cocina escrito en una agenda. La conserva Cathy Varan, nieta de emigrantes, que recibió clases de español para poder cocinarlas.
Todos estos documentos, contextualizados, pueden verse en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid, en una exposición que abrió sus puertas ayer, y que estará hasta el 12 de abril.
No hay comentarios:
Publicar un comentario