lunes, 10 de octubre de 2016

plaza de callao



La ciudad ha seguido su curso en mi ausencia. Ahora me siento extraño. Tanto, que me impacta de golpe la Plaza de Callao, esa extraña reunión de edificios: La Adriática con su gorro redondo junto a los robots rechoncho y estilizado de El Corte Inglés y Fnac. Miran la tele que sacó el cine Callao. El Palacio y Carrión se pelean. El ladrillo y el acero. Las viejas maneras no podrán con esa fuerza mecánica.
Me siento bien, como si todo fuera nuevo, como si empezara otra vida, como un viajero que saca su cuaderno y se pone a dibujar.

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