En Ciudad Real tengo que esperar al tren que me lleve a Almagro. Mientras, visito Manchacómic, una feria de cómic que se hace en el casino de Ciudad Real y su aledaño Paseo del Prado. Allí me apunto a un taller de caligrafía china, donde me divierto dándole al pincel vertical, y ceno algo en la terraza del A Sirigaita, a cuyo personaje del logotipo lo siento en la mesa del primer plano del dibujo (sacado de la servilleta). Dibujo a tientas, pues se ha hecho de noche y el camarero me atiende alumbrado por su móvil.
Ya en el tren regional, me llevo un gran susto cuando me asomo a la ventana y veo a un viejo cansado al otro lado, dibujando su propio reflejo con trazos de cómic.
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