La Prisión Central de Valdenoceda, en el Valle de Valdivielso, al norte de Burgos, fue creada en 1938 en las instalaciones de una antigua fábrica de sedas sobre un canal del río Ebro para el cumplimiento de penas de soldados republicanos. Por allí pasaron al menos cuatro mil reclusos en unas lamentables condiciones. Sometidos al hambre, el frío, el tifus, la disentería, los malos tratos y las picaduras de los chinches. Dormían sobre húmedas y carcomidas tablas, desde cuyas juntas podía verse el torrente del canal, que inundaba con frecuencia las celdas de castigo.
Uno de sus presos fue el famoso pintor, caricaturista y dibujante madrileño José Robledano, periodista gráfico colaborador habitual de El Sol, Blanco y Negro, El Imparcial, La Esfera, Mundo Gráfico, etcétera, que hizo una serie de impresionantes dibujos de la dura vida cotidiana en esta prisión, que pudo sacar entre la ropa sucia, y que estructuran los llamados "Cuadernos de Prisión", que se conservan en la Biblioteca Nacional a la espera de que futuros investigadores los estudien y reediten.
Robledano estudió en Bellas Artes y fue Mención de Honor en la exposición de 1904. Ilustró La cabeza del dragón de Valle Inclán y, según se dice, fue el primero en incorporar bocadillos en las viñetas. Todo esto antes de su fama y militancia socialista.
Los restos de al menos 150 fallecidos se exhumaron de una fosa común en 2007.
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