En la pared oeste de un wadi de arenisca poco profundo en el Oasis de Kharga, situado en el desierto occidental de Egipto, alrdedor de 175 kilometros al oeste de Luxor, podrían representarse arañas llamadas Argiope lobata, y que viven en el desierto occidental y oriental egipcio. Pueden datarse aproximadamente en el 4000 a.C. Estas arañas se pueden encontrar en la sombra y sobreviven en medio de su telaraña bajo el ardiente sol del mediodía. La idea de las arañas bañándose bajo sol pudo haber tenido una significación religiosa para los antiguos pueblos de la zona. Esta significación habría combinado la fuerza del sol y la capacidad de esta criatura solar para sobrevivir con éxito al calor, y de este modo ser digna de reverencia o lealtad totémica. Salima Ikram
Figuras antropomórficas en forma de Phi y una araña en una muestra de arte calcolítico hallada recientemente en Guadalix de la Sierra, Madrid.
Marca de sello cilíndrico de la ciudad de Ur, en Irak, hacia el año 3000 a.c. donde una araña gigante protege las plantas de Inanna del ataque de los insectos. La araña crea un universo geométrico, ordenado, a partir de sí misma, extrayendo hebras de seda de su propio cuerpo y formando estructuras de una maravillosa perfección. Es además de Gran Madre y diosa de fertilidad, tejedora del destino, en el que quedan entrelazados los hombres. Hay otros elementos que caracterizan a la araña y que difícilmente pueden pasar desapercibidos: su capacidad para inocular veneno a través de la mordedura y su habilidad para capturar presas gracias al uso de telas como trampas. La asociación de la araña a la diosa Inanna/Ishtar resulta ratificada precisamente por estas capacidades. Un poema sumerio dice respecto a Inanna: ‘Cual un temible león con tu veneno aniquiliste a los hostiles y a los desobedientes’. Antonio Melic
Aracné, la joven tejedora lidia convertida en araña y a su vez en el origen etimológico de la palabra araña y derivados, pues fue creada en esta transformación a cargo de Atenea, una divinidad con atributos de diosas previas mesopotámicas y egipcias relacionadas con la araña.
Geoglifo del Pueblo Nazca (Perú 200ac a 70dc) representando una araña de tamaño colosal, ya que supera los 50 metros de longitud. Tiene un halo misterioso y enigmático, pues solo es posible verla desde el aire (como el resto de dibujos esquemáticos). Su significado probablemente esté relacionado con la astronomía.
Este dibujo de una araña se encontró en el Montículo Spiro, en los yacimientos arqueológicos precolombinos a siete millas de la ciudad de Spiro, Oklahoma.
Araña esculpida en un altar de piedra del periodo postclásico maya. |
La araña tiene un papel importante en la cultura Maya. Esta última representa la placenta de Ix Chel diosa maya del parto, pues la araña crea el hilo de la vida de sí misma, uniendo a toda la humanidad a través de este cordón umbilical. Los mayas distinguían varios tipos de arañas, a las que bautizaron. Algunas de ellas estaban relacionadas directamente con el tejido –algo perfectamente previsible– y la hechicería. Ix Chel era patrona de las tejedoras. Era también uno de los tres animales vinculados con el Señor de los Muertos y con los monstruos tzitzimime que, según se creía, tenían como misión devorar a la humanidad cuando llegara el fin del mundo. De nuevo nos encontramos ante un conjunto de símbolos y relaciones que parecen ser, con ligeras diferencias, prácticamente universales.
Ix Chel |
Antes es preciso comentar que el panteón maya resulta sumamente complejo, debido entre otras cosas a los múltiples aspectos y títulos que podía adoptar una misma deidad, pero también al hecho de que muchos de ellos tenían un equivalente de sexo opuesto y/o un trasunto maligno o infernal. La mitología de los antiguos mejicanos es pródiga en ejemplos de significación de lo doble y lo enfrentado (el día contra la noche, el tema obsesivo de los gemelos o, por ejemplo, el mito de la creación azteca como resultado de la oposición y el conflicto). El dios principal maya era Itzama, supremo creador y protector de la escritura. Su esposa, o contraparte, es la diosa Ix-Chel, ‘Señora del Arco iris’, diosa de los partos y, por tanto, mito estrechamente relacionado con la fertilidad. La placenta de Ix Chel es una telaraña de la que cuelga la vida a través del cordón umbilical. Hilo o cordón, han relacionado siempre la tela con el hilado y las tejedoras, en femenino, pues siempre son mujeres las encargadas de esta labor, en la que subyace la propia idea de identificación de la araña con la mujer o la feminidad. El símbolo funciona, porque encierra también la idea de ‘voracidad sexual’ de la mujer –femme fatal, meretriz, devoradora– que debe ser controlada por el hombre, y la de actividad misteriosa, oculta, engañosa para con éste. En el fondo expresa la teoría de que el hombre debe controlar a la mujer, un ser instintivo, y defenderse de sus maniobras y tretas.
Araña en el códice Tro-Cortesiano |
En el juego de roles separados de ambos sexos en las culturas primitivas, las mujeres hilaban en conciliábulo, ocultas a los ojos de los varones, en una suerte de reuniones secretas de las que sólo podían resultar conspiraciones y engaños. Algo así como los invisibles hilos de la tela en que quedan enredadas las desprevendias presas de la araña. Y por si quedaban dudas, las referencias al agua también están presentes. Dice una leyenda que en los tiempos de Haiyocacab, Ix-Chel inundó y rehizo la tierra, enviando grandes olas del océano. Vacío su vaso gigante desde los cielos para que la Tierra pudiera limpiarse y para que la vida pudiera comenzar nuevamente. Antonio Melic
El demonio azteca Mictlantecuthtli, uno de los tres animales vinculados al Señor de los Muertos y cuyo símbolo era la araña.
Diseño de una araña hecho por las tribus del Suroeste de Norteamérica, hacia el año 1000.
Petroglifo encontrado en Utah
La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era una tejedora. Mi familia estaba en el negocio de la restauración de tapices y mi madre estaba a cargo del taller.
Al igual que las arañas, mi madre era muy inteligente. Las arañas son presencias amistosas que se alimentan de mosquitos. Sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y por lo tanto no son deseados. Así, las arañas son útiles y protectoras, al igual que mi madre. - Louise Bourgeois
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