Aquí no existe la fregona, utilizan un palo con una goma para arrastrar el agua, y luego se le pasa un trapo para secar. El tapón de la bañera funciona como un tapón que, al pisarlo, se abre y se cierra.
Vamos a la estación de Mitre, donde cogemos el tren de la costa, lleno de estaciones preciosas de madera con andenes que han convertido en cafeterías y restaurantes. Llegamos a la Ciudad de Tigre, centro de veraneo decimonónico en el delta del Río de la Plata. Tiene una terminal fluvial, donde se carga madera, fruta de su famoso mercado y turistas. Club de remo y mansiones a la inglesa que me recuerdan a York. El edificio más curioso es el Tigre Hotel, de 1900.
Compramos unas milanesas y bebidas y entramos en una lancha colectiva de principios del XX, techada y llena de gente sencilla que lo usa como autobús. A la salida más casas lujosas de madera y tejados adornados que van haciéndose más sencillas según nos alejamos. Operarios descansan en los embarcaderos y los viejos en las escaleras de las casas. Seguimos los canales haciendo paradas en las pequeñas islas. Cipreses canos meten sus raíces en el agua. Cruzamos el enorme Paraná. El sol acaricia y duerme a María Luisa y la barca se va vaciando en los canales pequeños. Bajamos en el muelle de una pequeña isla con un hostal de madera pintada de verde y un bar. Un señor nos ayuda. Hay una pequeña playa. En la terracita se está en la gloria, pedimos un café mientras el señor nos cuenta que ya se cansó de la ciudad, que prefiere la tranquilidad. La habitación cuesta 40 pesos, para dos personas. Se hospeda una pareja de Pamplona que está recorriendo Argentina.
El chaval de la lancha me enseña unos dibujos que tiene colgados en la pared. Mujeres con los niños en brazos y parejas compartiendo el mate. En un cartel pone: Todos toman. Empieza a refrescar.
El tren a Retiro nos cuesta 0,95 pesos. Fijándonos en la gente se observa un deterioro de la clase media. En los uniformes desgastados de los colegios, los zapatos rotos, la ropa super aprovechada, los coches viejos. En Retiro nos piden los billetes y yo he perdido el mío. Como un idiota trato de explicar mi despiste, pero me multan por evasión.
Apretándonos un cerveza, María Luisa nos cuenta que son muy machistas y no toleran que las mujeres tomen la iniciativa. Luego cae un vino Merlot y charla que te charla charlando.
Rulos: rizos.
Mango: perra, moneda.
Zapallo: calabaza.
Arvejas: guisantes.
Gallego: español.
Bolita: boliviano.
Garchar: ligar, preámbulo del acto.
Minas: chicas.
Petiso/a: bajito/a, en plan cariñoso.
Colectivo: bus.
Gastos: 82,20 pesos, 23,5 euros. Gastos Acmds: 165,50 euros. Media Diaria: 27,60 euros. Dos personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario