Mi obra se inspira en la investigación de fenómenos científicos y microscópicos, desde organismos unicelulares en el océano hasta diversas semillas de plantas terrestres, y hasta las células, los componentes básicos de toda forma de vida. Mi fascinación por las formas, patrones, estructuras y texturas de estos microorganismos estimula mi creación. Reinterpreto estos elementos visuales en formas escultóricas que revelan la complejidad y fragilidad del mundo oculto. Veo la estructura de estas microformas de vida como rastros de su crecimiento y respuesta a fuerzas internas y externas. Se trata de movimiento, tiempo y espacio. Registra cómo se mueven y crecen. La forma en que reaccionan al entorno circundante interactuando, alterándose, evolucionando y adaptándose para generar infinitas formas nuevas.
Construyo estructuras a mano con arcilla de papel de porcelana y utilizo procesos no convencionales para aplicar esmaltes a las piezas escultóricas. Los materiales me permiten traspasar los límites de la fragilidad y la fuerza, la simplicidad y la complejidad, el orden y el caos. Meticulosamente, las finas líneas esqueléticas se tejen en un volumen armonioso.
Considero la rica historia de la porcelana parte de mi identidad y utilizo la paleta de colores clásica de la cerámica china como una de las referencias de mi obra. Siendo una forastera en Estados Unidos, mi experiencia me ofrece una nueva perspectiva para reflejar mi propia herencia cultural. Las estructuras y capas regulares e irregulares de mi pieza se funden con el recuerdo de mis sensaciones y mi experiencia personal. El proceso repetitivo y laborioso parece ser una terapia para aliviar mi ansiedad e incertidumbre al enfrentarme a los desafíos constantes en la intersección de dos culturas. Mis piezas son, en muchos sentidos, como organismos vivos. Absorben y evolucionan, reflejos de mi propio camino vital. La obra es una abstracción de la complejidad y la delicadeza de la vida misma y de mis propias raíces.
Considero la rica historia de la porcelana parte de mi identidad y utilizo la paleta de colores clásica de la cerámica china como una de las referencias de mi obra. Siendo una forastera en Estados Unidos, mi experiencia me ofrece una nueva perspectiva para reflejar mi propia herencia cultural. Las estructuras y capas regulares e irregulares de mi pieza se funden con el recuerdo de mis sensaciones y mi experiencia personal. El proceso repetitivo y laborioso parece ser una terapia para aliviar mi ansiedad e incertidumbre al enfrentarme a los desafíos constantes en la intersección de dos culturas. Mis piezas son, en muchos sentidos, como organismos vivos. Absorben y evolucionan, reflejos de mi propio camino vital. La obra es una abstracción de la complejidad y la delicadeza de la vida misma y de mis propias raíces.
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