martes, 2 de septiembre de 2025

los olivos de palestina de adam broomberg





El olivo connota resiliencia y también representa una realidad económica para la familia que lo cosecha. Es un foco de lucha por la construcción de significado, y también un escenario de violencia bajo cuyas hojas los palestinos son acosados ​​y asesinados.

La recolección de aceitunas es a la vez tradición y necesidad económica. En su iteración más reciente, también ha sido objeto de mayor violencia, vigilancia y restricciones. En 2023, el Sector de Seguridad Alimentaria determinó que la negativa israelí a permitir el acceso de las familias palestinas a los árboles, sumada a la violencia, tanto real como amenazada, por parte de las comunidades de colonos, costó a los palestinos aproximadamente 10 millones de dólares.

Desde 1967, el gobierno israelí ha arrancado o arrasado más de un millón de olivos palestinos. Desde el 7 de octubre de 2023, la vandalización de los olivares palestinos por parte de colonos se ha intensificado, sobre todo en época de cosecha, para infligir la máxima destrucción.

El coste real ha sido mucho mayor. En «Ancla en el Paisaje», un compendio fotográfico de 2024 de Adam Broomberg y Rafael González que incluye 60 imágenes en blanco y negro de olivos de la región, el epílogo de Irus Braverman reflexiona sobre la cosecha de 2023:

Mientras la atención internacional se centraba en Gaza, los colonos, envalentonados con nuevas armas y una mayor legitimidad, convirtieron la cosecha de aceitunas de 2023 en un evento que puso en peligro su vida. El 28 de octubre, Bilal Mohammad Saleh recibió presuntamente un disparo en el pecho por parte de un colono judío mientras recogía aceitunas en las tierras de su familia en el norte de Cisjordania. Su cuerpo fue llevado a la carretera en la escalera que usaba para alcanzar sus aceitunas.

Algunos árboles están inoculados; sus troncos se rozan y se fusionan. Otros crecen a partir de cemento o escombros. Algunos son tan grandes y erosionados que solo pueden ser el producto de cientos, o incluso miles, de años de crecimiento, recordando sutilmente a los lectores los eones de historia y trabajo que se borran cuando uno de estos árboles ancestrales es arrancado de raíz. Las imágenes documentan detritos, bloques de hormigón y cercas construidas alrededor de árboles truncados. En una imagen impactante, dos ovejas negras miran a ambos lados de un mismo árbol, las únicas criaturas, humanas o no, que captan la cámara y sus esfuerzos por documentarla.

Cada fotografía incluye una página prácticamente en blanco con un pequeño texto gris: las coordenadas precisas de la ubicación del árbol documentado. Cada uno de estos árboles es real, según indican las coordenadas. El árbol existe en un lugar específico al que se podría regresar. Si fuera arrancado, se registraría su ausencia.

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