I N G R E D I E N T E S
Aceite de oliva y sal.
Dos dientes de ajo.
Un poco pimiento verde.
Perejil.
Medio tomate.
Media cebolla.
Una hoja de laurel.
Guindilla seca.
Las setas que haya en el mercado. Nosotros hemos usado un mix de shiitake, champis y buna shimeji.
Tallarines frescos con huevo.
Vino blanco y agua.
P R E P A R A C I Ó N
Se laminan los dientes de ajo y se ponen a freir. Se le añade el pimiento verde, muy poco, muy picado. Una vez dorados los ajos, se le echa la shiitake cortadita con perejil picado, y después la cebolla y el tomate muy picados. También el laurel. Se mantiene removiendo hasta que ablande todo. A medio camino, se le añaden los champis laminados y más tarde las bunas. Sal. Y al final, guindilla muy picada para que fría solo un poco. Se le añade vino blanco hasta que se evapore el alcohol y agua que llegue a cubrir los tallarines y sal al gusto. Cuando se pone a hervir se añaden los tallarines y, al recuperar el burbujeo, se dejan tres minutos aprox. El tiempo suficiente para que el agua se evapore y los tallarines queden al dente.
Quien quiera puede añadirle queso rallado, pero les recordamos que esto no es el famoso tagliatelle ai funghi, que se fríe con mantequilla, lleva nata líquida, y el picante es de pimienta, sino que sigue el patrón de los guisos manchegos, pero dejándolo asurar. La receta es para dos personas.
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