miércoles, 10 de junio de 2020

el derby de santiago cierra




Tras 91 años de historia en la ciudad compostelana, este café cierra sus puertas para siempre. En su caso, la alerta sanitaria parece no ser el principal motivo del cese de actividad de este emblemático local de hostelería ubicado en una de las salida del casco histórico de Santiago, justo frente a la Plaza de Galicia. La propietaria del local, a sus 85 años de edad, anunciaba en el diario La Voz de Galicia que había llegado el momento de jubilarse tras cincuenta de cotización a la Seguridad Social.


Loreto Peteiro de El Español


Corría el año 1929, cuando Avelino San Luis, un empresario que nada tenía que ver con la hostelería, alquiló una destartalada taberna para convertirla en un café al estilo de las cafeterías más modernas de Madrid y Barcelona. En su día, a San Luis lo tacharon de loco por asumir una renta de 600 pesetas mensuales, e invertir una fortuna en crear el ambiente adecuado para que el Derby se convirtiera el café de moda. Hizo traer mármol macizo de Carrara para un mostrador habitual en los cafés de la época, y con una altura de algo más de metro y medio. Compró madera de caoba de Cuba para el zócalo, e instaló vidrieras de estilo veneciano. Tanto el mostrador como las vidrieras y los zócalos están protegidos por Patrimonio.

Marga Mosteiro en La Voz de Galicia


San Luis se cansó en cinco años de la aventura y dos camareros compraron el café. Uno de ellos era mi padre, Manuel Domínguez Nieto. 
Me contaba batallitas del tiempo de la Guerra Civil, de soldados bailando en las mesas y haciendo diabluras propias de la soldadesca. Incluso de una bala que le pasó rozando la cabeza y rebotó en la caoba de los zócalos. No la atravesó.
La decisión de cerrar estaba tomada hace tiempo; pero la pandemia nos ha hecho acelerarla. 

Victoria Domínguez, regente del Derby desde 1989


Derby sonaba anglosajón, a los aliados. Durante unos años, el café se llamó Imperial. En los 50 se recuperó el original. Yo venía a Santiago y procuraba ir al Derby para ver a la gente que admiraba; hace casi 60 años. Traté de impulsar medidas para protegerlo. No pude porque no había legislación que lo permitiese. Y cuando la hubo, ya era demasiado tarde. Yo ya no era conselleiro. Pero es necesario protegerlo. Se trata de una joya del patrimonio cultural y monumental, del patrimonio emocional. Hay una historia de Santiago que no es la del Xacobeo ni la del barroco, es la de los 150 últimos años, de sus bares y sus librerías. Si se pierde esa memoria, se pierde su identidad.

Alfredo Conde novelista y conselleiro socialista de Cultura en la Xunta


El establecimiento nació como foro de la burguesía, en los límites de la ciudad vieja. Allí fue brotando una cultura y por él pasaron los grandes de la intelectualidad gallega, Suárez Picallo, [el pintor] Carlos Maside, Dieste... Es sin duda un símbolo. Pero cafés así deben asumir el desafío del paso del tiempo y evolucionar para sobrevivir. Es importante que no se conviertan en parques temáticos. El café había perdido cierto carácter, pero es importante que la ciudadanía se movilice para que permanezca como un emblema, y quien lo coja sepa respetar lo que significa.

Fernando Franjo, periodista y bloguero de La vuelta al mundo en 80 cafés

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