martes, 5 de mayo de 2020

al ejército de currantes que nos cuidan












Los que a esto han llamado guerra pensaban más bien en una guerra de bayonetas al estilo de la primera mundial y, como aquellos altivos generales, han mandado a luchar cuerpo a cuerpo a un ejército maltrecho contra un enemigo completamente desconocido. Los han militarizado y han tenido que enfrentarse a la muerte.
Unos por necesidad y otros por compasión, han glorificado al país por encima de sus ineptos jefes.
Me refiero a las cajeras de los supermercados, a los repartidores, a las que limpian, a los transportistas, a las curritas de las empresas de alimentación, a los jornaleros del campo, a las empleadas de las farmacias y los farmaceúticos, a los ujieres del parlamento y, sobre todo, a los sanitarios. Todos ellos sometidos a un trato feudal.
Yo he sido uno de esos que tranquilamente se ha quedado en su casa, saliendo esporádicamente y bien preparado a comprar comida, viéndolas venir. He aplaudido a todos ellos para reconocer su entrega y la injusticia a la que están sometidos. No he hecho nada, excepto seguir las órdenes de arriba.
Ahora, que puedo salir al campo a hacer ejercicio, he trazado y seguido esta ruta para honrarlos. Para ti también, Quico.

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