Carlos estaba limpio y volvió con su familia.
A Toni lo desentubaron y lo bajaron a planta.
Chema lo pasó sin enterarse.
Javi se compró una máquina para desinfectar su tienda
y fabricó unas mascarillas amarillas para las empleadas.
Beni salió por primera vez, paseamos por la noche
por los caminos poco transitados.
Algunos parajes se llenaron de gente,
familias enteras tomando el sol
y pandas de chavalillos en bicicleta saludándose.
Algunos rifirrafes de jovencillos agobiados.
La policía prefería no ver nada. Bastante tenemos ya, decían.
Los talleres abrieron, algunas fábricas.
Todo el mundo usaba mascarillas que la abuela les había hecho en casa.
Los vecinos dejaron de aplaudir y de poner el resistiré a todo trapo.
Nosotros también lo dejamos, también de saludarnos.
Pronto dejamos las videoconferencias
y los whatsapp perdieron intensidad.
Aparecieron un montón de bicicletas por el campo,
los chiflitos no paraban de regar patatas.
Los novios se reencontraron por los caminos.
Jose abrió la peluquería, había que pedir cita.
Los hombres, divididos en rapados y melenudos,
empezaron a parecerse a lo que fueron antes;
pero seguíamos esquivándonos por las calles.
De Joaquín solo sabíamos por su hijo
hasta que un buen día se atrevió a salir.
Supimos de un amigo agobiado en Madrid, lejos de su padre,
en una residencia, con la cadera rota.
Nunca habíamos gastado tan poco, y tanto en comida.
Nunca habíamos leído tan poco, teniendo tanto tiempo.
La tele empezó a llenarse de opinadores fascistas
y a vaciarse de epidemiólogos.
Nos clasificamos en la liga de los muertos.
Volvieron los cotilleos y los despellejos,
las noticias de peleas en las terrazas y la vuelta al alcohol.
Los amigos dejamos de darnos los buenos días
y enseñarnos la tapa del vermú.
Dejamos de ser todos buenos y héroes.
Pareciera que hubiéramos vuelto a la normalidad.
Yo camino kilómetros y kilómetros
hasta que me salen ampollas en lo pies.
Me agoto físicamente trabajando en la huerta
hasta que ya no pueda pensar.
Me encanta tu poema. Un abrazo, José María.
ResponderEliminarUn abrazo para ti, poeta de verdad
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