domingo, 27 de mayo de 2018

estaciones de edimburgo




La construcción de la nueva ciudad de Edumburgo, al norte de la ciudad medieval, dejó en pleno centro el lago conocido como Nor Loch, que se convirtió en un foco de malos olores en pleno centro de la ciudad. Se realizaron varios trabajos de drenaje que culminaron en la década de 1820 con la disponibilidad absoluta del terreno, que en principio fue dedicado a jardines.

Con el progreso del ferrocarril en Gran Bretaña y las buenas condiciones del valle para introducir vías férreas en el interior de la ciudad en la década de 1840, fueron tres las compañías que construyeron estaciones en la zona.​ Todas fueron denominadas en honor de la novela Waverley de Walter Scott (que narra la lucha entre ingleses y escoceses en el siglo XVIII), en torno a 1854. El 2 de febrero de 1842 se puso en servicio en Escocia la línea ferroviaria entre Glasgow y Edimburgo, Pocos años más tarde, el 15 de febrero de 1848, la Compañía del Ferrocarril de Caledonia ponía en servicio la línea principal cuyo destino era también Edimburgo y situaba su estación en la Princes Street. Esos terrenos habían sido ocupados anteriormente por los jardines que sustituyeron Nor Loch. Años más tarde, construyó para alojamiento de los viajeros un lujoso hotel que aún sigue funcionando aunque la estación ferroviaria fuera demolida.

Alojamiento de viajeros de la Caledonian Railway
En 1868 la compañía North British Railway compró las dos estaciones de sus competidoras, demolió las tres y las sustituyó por una nueva estación única de estilo victoriano: la estación de Waverley.

Aprovechó toda la vaguada existente entre la parte vieja de la ciudad y los barrios situados ya al norte, al otro lado de los jardines. La superficie es tan grande que ha resultado la segunda más importante estación británica en superficie. Para entonces ya los dos puentes comunicaban ambas partes de la ciudad. El más elevado y de líneas más atrevidas tiene una historia más dilatada pues data de la segunda mitad del siglo XVIII. 

Puente del Norte y el hotel Balmoral

La compañía ferroviaria del Norte no quiso ser menos que la Caledonian y construyó junto a la estación ferroviaria un lujoso hotel, que hoy día se llama Balmoral, y que es la única fachada visible de la estación ferroviaria ya que vías, andenes y marquesinas se encuentran a cota inferior que las calles aledañas. Inaugurado en 1902, Balmoral es hoy un hotel de lujo de cinco estrellas y un icono en Edimburgo, que fue explotado como parte de la estación hasta finales de los años 1980. Fue diseñado por el arquitecto W. Hamilton Beattie y durante la mayor parte del siglo XX fue conocido simplemente como el NB. El hotel también es conocido porque fue aquí donde la escritora J. K. Rowling terminó de escribir el último libro de la saga literaria de Harry Potter en 2007. Otra curiosidad es que su reloj, situado en su torre, va adelantado 5 minutos. No es un problema de fallo de la maquinaria: es que la compañía ferroviaria pensó que era mejor tener adelantado el reloj en relación con la hora oficial de salida de los trenes para que los viajeros no los perdieran y así se ha quedado hasta nuestros días.

Scottish National Gallery
Desde los andenes tenemos acceso a la Scottish National Gallery, importante museo de pintura y escultura, en un edificio construido exactamente encima de los tres túneles ferroviarios. Precisamente en la planta sótano hay una maqueta en la que se ve el edificio construido exactamente encima de los tres túneles ferroviarios, junto con otro adyacente, y la posición de los túneles, de los cuales el central es de doble vía y los laterales de vía única. La galería principal, que aquí vemos en la foto, es perpendicular a los túneles del ferrocarril y desde ese punto es posible sentir levemente el paso de los trenes.

Fotos en blanco y negro: Roslin Station, Jerdbugh Station, Glencorse Station y Waverley Station en la década de 1960, de J. L. Stevenson. Y hall de Waverley en 2014, de Miguel Ángel Matute (así como las de color).


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