sábado, 8 de junio de 2019

la ética de la farmaceútica pfizer

Un equipo de investigadores de la compañía farmacéutica Pfizer descubrió en 2015 que Enbrel, uno de los medicamentos antiinflamatorios que produce y comercializa para la artritis reumatoide, podría reducir el riesgo de padecer Alzheimer en un 64 por ciento. Sin embargo, según reveló The Washington Post, el gigante farmacéutico no solo rechazó el pedido de sus investigadores para avanzar con un ensayo clínico por el elevado costo que suponía, sino que también decidió no hacer públicos los resultados de ese descubrimiento. La cuestión de fondo, según consideraron algunos especialistas, es que actualmente Enbrel no está protegido con una patente exclusiva, lo que reduce las ganancias y los incentivos para investigar otros usos del fármaco.

El descubrimiento sobre los beneficios potenciales de Enbrel en el cerebro surgió de la división de inmunología e inflamación de la compañía, que en 2015 analizó cientos de miles de reclamos de seguro médico de personas que padecían artritis reumatoide y otras enfermedades inflamatorias. Dividieron a esos pacientes anónimos en dos grupos iguales de 127.000 personas cada uno: el primer grupo con diagnóstico de Alzheimer y el segundo sin diagnóstico. Allí observaron que en el grupo con Alzheimer había solo 110 personas que habían sido tratadas con Enbrel, mientras que en el grupo sin diagnóstico de Alzheimer había un total de 302 pacientes tratados con el mismo medicamento.

Esos resultados, si bien eran acotados, animaron a los investigadores a solicitar un ensayo clínico en miles de pacientes, que tenía un costo estimado de 80 millones de dólares. “El Enbrel podría potencialmente prevenir, tratar y ralentizar la progresión del Alzheimer”, decía el PowerPoint --que difundió The Washington Post-- preparado por un grupo de investigadores de Pfizer para presentar a un comité interno de la compañía en febrero de 2018.

Sin embargo, luego de un largo debate interno, según explicó un portavoz del Pfizer al diario estadounidense, la farmacéutica consideró que la probabilidad de un estudio clínico exitoso era baja porque la droga no llega directamente al tejido cerebral. La decisión de no continuar investigando, según la versión oficial, habría sido exclusivamente científica, mientras que la no publicación de los hallazgos estadísticos se habría basado en que no cumplían con "rigurosos estándares científicos” y podrían haber llevado a científicos externos hacia una vía no válida.

Uno de los factores que se cree que influyeron en la decisión de Pfizer para no dar curso al ensayo clínico, según sostienen algunos especialistas, es que las ganancias que genera este medicamento están disminuyendo a medida que surge la competencia genérica. A diferencia de lo que sucedió con el Viagra, que fue concebida para tratar la hipertensión y terminó como tratamiento para la disfunción eréctil, generando multimillonarias ganancias para Pfizer, Enbrel no está protegido en la actualidad con una patente exclusiva, como sí lo estaba en su momento la Viagra, lo que disminuye los incentivos financieros para futuras investigaciones.

La decisión para no dar curso al costoso ensayo clínico se tomó a principios de 2018, al mismo tiempo que la compañía anunciaba el cierre de su división de neurología, donde se exploraron los tratamientos de la enfermedad de Alzheimer, y el despido de 300 empleados.


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