miércoles, 18 de octubre de 2023

algunos animales en los socarrats de paterna




    
Socarrat es un término valenciano para designar grandes placas de barro rico en caolinita, realizada en un molde de madera de medidas estándar (41 x 33 cm y 3 cm de grosor) y posteriormente cocida. Este término valenciano significa chamuscado, en alusión a que estas piezas recibían una única cocción, que alcanzaba los 900 grados. Por lo general, antes de la cocción y aún en crudo, se aplicaba en una sola cara, la que después recibía la decoración, una base blanca, en ocasiones, de cal (carbonato cálcico), que se transformaba en óxido cálcico durante dicha cocción. Se aplicaba la decoración sobre la base blanca y se dejaba sin vidriar. Se colocaban en los siglos XV y XVI entre las vigas de los techos. En general, se instalaban en edificios de carácter religioso, público o en los palacios de los personajes relevantes de la comunidad. Se fabricaron en Paterna, y quizás también en Manises y otras localidades como Benaguasil o Segorbe. Los motivos decorativos se realizaban con óxidos, en negro y rojo (de manganeso y de hierro).
Socarrat —35,3 × 43,5 × 2,5 cm—, datado entre 1490 y 
1550. Se considera pieza original de Paterna.

    La iconografía de los socarrats es muy variada. Encontramos motivos geométricos, vegetales, zoomorfos (tanto de animales reales: toros, becerros, aves, peces, etc., como de otros fantásticos como el grifo), antropomorfos (damas, ángeles, escenas galantes…), epigráficos, profilácticos y heráldicos. Las inscripciones son generalmente de carácter religioso, pero las hay también conmemorativas de la construcción de algún edificio. En cuanto a la presencia de signos religiosos o mágicos (mano de Fátima, cruces), estos aluden también a la protección de la casa y a ritos de construcción.

    El primer documento que testimonia la producción de cerámica en Paterna data de 1285. Este era, sin duda, un lugar idóneo para el desarrollo de la alfarería gracias a que en sus alrededores abundaba la arcilla, el agua y la leña para encender el horno. Ya en época temprana, trabajaba en la industria alfarera aproximadamente un cuarto de su población, del cual casi la mitad eran musulmanes. A nivel técnico y de repertorio iconográfico, se unen en estas obras de alfarería el conocimiento islámico y cristiano, y esta mezcla es la que define su carácter mudéjar.

Socarrats de Paterna de Ramón Gimeno Gil. Editorial Didácticos Sapiens 2016

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