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Los amantes |
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La muerte |
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La templanza |
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El diablo |
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La torre |
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La estrella |
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La luna |
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El sol |
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El mundo |
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El tonto |
Estas imágenes extraordinarias y vívidas, son parte de un juego de cartas del tarot, pintadas por la pintora surrealista mexicana de origen británico Leonora Carrington. Exhibidas públicamente por primera vez en la Ciudad de México en 2018 después de haber sido descubiertas solo un año antes, los arcanos mayores de Carrington, como se conoce el mazo central, finalmente se ubicarán en el contexto de su otro arte en una publicación que reproduce las cartas por primera vez. con otras pinturas, algunas de las cuales se inspiraron en temas de la baraja del tarot. Cuándo y para quién fueron pintadas sigue siendo un misterio. "Cuando los encontramos, casi nos desmayamos ante tal descubrimiento”, dice Susan Aberth, una de las autoras del libro que examina la baraja del tarot, "nunca mostró las cartas a nadie, eran privadas para ella". Su hijo cuenta que "de una de las estanterías de su habitación saca 'Le tarot. Des imagiers du Moyen Age' del ocultista suizo Oswald Wirth. Leonora enumera soñadoramente las cartas: El Mago, La Suma Sacerdotisa, La Emperatriz, El Hierofante, Los Amantes… Sabes, podría diseñar mi propia baraja" [dice]... A la mañana siguiente, caminamos hasta una tienda de suministros para artistas cercana y compramos un par de hojas de cartón grueso".
Aunque creció en un hogar católico tradicional en el norte de Inglaterra, fue el examen de otras tradiciones espirituales, incluida la magia y el budismo posterior, lo que más influyó en su arte. Para la primera, se inspiró en La diosa blanca de Robert Graves, el estudio del poeta de 1948 sobre la creación de mitos poéticos y la divinidad, un tema que la atrajo a lo largo de su vida adulta.
Feminista y ambientalista, Carrington estaba menos interesada en el freudismo como una puerta al inconsciente que otros surrealistas, y en cambio se apoyaba en sus propias ideas sobre otros mundos y la transformación mágica. Todos los cuales están presentes en su baraja de tarot. “Estaban destinados a la adivinación, como un dispositivo de meditación para cambios en la conciencia”, dice Aberth. “Creo que ella asoció el acto mismo de hacer arte como una especie de magia práctica que tiene la capacidad de informar a las personas y transformarlas. Lo interesante de sus cartas del tarot es que son una declaración personal. Toma prestadas imágenes canónicas pero toma decisiones personales”.
Leonora, una de mis pintoras surrealistas favoritas. Grande ella.
ResponderEliminarAbrazos
Y de las mías! Gracias Tatiana.
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