domingo, 29 de marzo de 2020

esperanza

Las personas podemos vivir un mes sin comida, tres días sin beber agua, siete minutos sin aire, pero solo unos pocos segundos sin esperanza.
A lo largo de mi vida profesional he conocido a incontables víctimas de enfermedades devastadoras y a supervivientes de terribles agresiones y desastres naturales que experimentaron crecimiento postraumático. Son hombres y mujeres que en su lucha por superar la adversidad fueron descubriendo rasgos valiosos de su personalidad que desconocían; han podido así reconfigurar sus prioridades y­ afirman haber experimentado cambios favorables en la percepción de sí mismos, en sus relaciones y en su nivel de satisfacción con la vida en general.
-Luis Rojas Marcos, profesor de psiquiatría en la New York University.

Ojalá que pase algo positivo. La esperanza, hijo, es que nos reinventemos para mejor, que maduremos como sociedad. Aunque no quisiera decir que seamos mejores, no me gusta ser moralista. Prefiero decir, simplemente, que seamos algo más, que después de esta crisis del virus intentemos reflexionar con una nueva luz, como si estuviéramos saliendo de la caverna de la que hablaba el mito de Platón, en la que los hombres permanecen prisioneros de la oscuridad y las sombras. Ojalá que propicie un nuevo encuentro con los otros en la polis, en la vida en común. -Emilio Lledó, filósofo.

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