José Rosa Ruiz Fernández en la mili |
Su yerno, el abuelo José Rosa, trabajaba de molinero desde muy joven en la fábrica de harina, donde estaba la panadería de los mineros. Luis, también de la fábrica, se salió e hizo una panadería, a la que se incorporó José Rosa. Traían la harina de Almodóvar, por no comprar a la competencia. José Rosa hacía el pan de los mineros e iban a a medias. La cosa iba de maravilla, así que Luis lo quiso poner a jornal. José entonces deshizo la sociedad y se montó la panadería en el horno de su suegra Quica, llevándose bastantes clientes. Y allí estuvo muchos años. Juan, el tío Juan, le traía la harina de Almodóvar, una fábrica de harinas de Electro.
Cuando Luis se fue de su panadería, ya que solo era socio capitalista y no sabía hacer pan, José se instaló allí. El horno de la Quica se cerró, las mujeres que hacían su pan se trasladaron a la panadería de José, el local actual, junto al bar La Chencha y la tienda, de esas de pueblo que vendían de todo. La Olaya le vendía el pan por el pueblo en dos aguaderas nuevas que le compró José. Graciano, desde el momento en que se casó con su hija, trabajaría con él, primero cogiendo leña y luego haciendo el pan. También trabajaría en ella Celestino, hermano de José Rosa y abuelo del actual panadero.
Electro le propuso a José comprar la fábrica a medias. Ellos se quedaban con la luz (de su transformador cogían la luz los vecinos) y José con la panadería. Pero antes de decidir, murió.
Actualmente lleva la panadería, la única de Mestanza, David, el hijo de un sobrino de José Rosa.
Cuando José murió, Beni tenía dos años. Le llamaba Lalo.
Me alegra leer esta entrada. Siempre he querido escribir acerca de mi bisabuela pero nunca tenía datos suficientes. Este puente voy al pueblo a investigar acerca del tema. Si no te importa, cogeré estos datos para mi blog. Y enhorabuena como siempre. Un abrazo!!
ResponderEliminarEsta información me viene de primera mano de la Antonia, "Antoñita" como la llamó la familia, mucho antes de que la enfermedad debilitara su memoria. Entonces la escribí y la guardé. Ahora, que ella ha muerto, he considerado que es el momento de publicarla como un recuerdo de aquellas generaciones, de aquella gente, de aquella Mestanza. Soy un seguidor de tu blog. Me gusta como escribes. Adelante pues.
EliminarTienes la suerte de que la tía María, la mujer de Celestino, tiene muy buena memoria a pesar de su edad.
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