Heineken: Cerveza Pilsener de un 5% de contenido alcohólico, origen y marca principal de la compañía multinacional neerlandesa Heineken Internacional. La mayoría de sus cervezas se elaboran en Zoeterwoude, Países Bajos. La Bokbier (chapa roja) tiene una fermentación especial originaria de Alemania que ahora también se realiza para la elaboración de cervezas de los Países Bajos, Noruega, Austria y República Checa. En Holanda empezó en los años ochenta del siglo XX.
Amstel Light: Marca fundada en 1870 en Ámsterdam, de Heineken Internacional desde 1968. Debe su nombre al río Amstel. Se exporta a todo el mundo. Ésta es la versión ligera, muy al estilo americano, creada en 1980, con 95 calorías por botella y un contenido alcohólico del 3,5%.
Bavaria: Cerveza elaborada por Bavaria Brewery, Cervecera Baviera, fundada en 1680 y propiedad de la familia Swinkels desde 1773. Es la segunda fábrica de cerveza en producción de los Países Bajos, después de Heineken. Es una pilsen lager de 5º, suave y de color claro.
Desperados: Cerveza aromatizada con tequila elaborada en Francia por Brasserie Fischer, con un 5% de contenido alcohólico. Lager muy refrescante de color dorado y sabor a tequila.
La Trappe: Única cerveza trapense que no es belga. Elaborada por la cervecera holandesa trapense De Koningshoeven Brewery (Brouwerij de Koningshoeven) fundada en 1884 dentro de las paredes de la Abadía Koningshoeven en Berkel-Enschot para financiar el monasterio y contribuir a causas benéficas. Esta chapa es de las primeras de mi colección, debe ser de los años ochenta, de las primeras exportadas, conservo aún la botella, y cuando aún no se elaboraban las variedades Dubbel y Tripel (1987), ni se habían pensado la Quadrupel y la Witte.
La Trappe Quadrupel: Cerveza Abbey Quadrupel de la cervecera Koningshoeven con 10º. La variedad más fuerte de esta cerveza trapense. De color ambarino, algo rosado y de apariencia bastante carbonatada. La espuma de esta buena cerveza tiene la apariencia y el color de la crema, formada por innumerables burbujas finísimas. El olor es intenso, plagado de matices frutales entre los que destacan los frutos del bosque, las ciruelas maduras y algo de cereza. El lúpulo y algunas notas alcohólicas también se perciben con claridad. El trago se inicia suave, pero enseguida se intensifica con la aparición del alcohol, moderado por notas herbales. Hacia el final vuelve a suavizarse y la fruta toma un mayor protagonismo que, unida a toques de malta, deja un regusto agradable. Es el alcohol el principal protagonista del sabor, aunque no resulta excesivo gracias a las notas dulces que ofrecen las frutas negras.
La Trappe Witte Trappist: Es la única cerveza blanca trapense. La etiqueta y la chapa siguen la estética de los manuscritos amanuenses. Es de un color dorado pálido por su segunda fermentación en botella, de espuma blanca, abundante y generosa, aunque no muy persistente. De nariz fresca y especiada, con notas dulces de plátano, cítricos y clavo. Dulce en boca con el toque especiado de las cervezas de abadía. 5,5% de volumen alcohólico.
Amarillo: Uno de los buques insignia de la Cervecería del Molino, pequeña cervecería artesana holandesa. Con una etiqueta tipográfica, blanco calado en negro, sencilla y elegante. Alcohol y amargos muy bien integrados en una cerveza potente, equilibrada y muy bebible. 3,50 euros en tienda on line, no llega a los 3 en La Buena Pinta y 6 en cervecería. La chapa en realidad es común a todas las de esta cervecera, así como la negra de al lado.
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