Totalmente descabalgado de la rueda del progreso, inicio el año 2016 con un nuevo coche que certifica mi cualidad de clásico o antigualla. Este maravilloso, por simple, Renault 4 TL se matriculó en 1987 en Salamanca y su dueño lo cuidó con tal esmero que su carrocería no tiene ni un punto de óxido y su motor un sonido placentero sin más añadidos que telarañas. Tiene 195.000 kilómetros recorridos, tapicería original, radio cassette monoaural, calefacción y dispositivo de entrada directa de aire para piloto y copiloto. Su suspensión de ballestas (o quizás barras de torsión), unida a su mecánica simple y bajo peso, lo convierten en uno de los mejores todoterrenos del momento, y un gran apoyo para otra visión del mundo a modo lento con paradas.
Aprovecho para desearles el mejor año de los posibles a todos mis seguidores y espontáneos en este sitio, a todos los amigos, familiares, cuadernistas y amantes de los coches legendarios, la huerta y los árboles, la lectura, los cafés lentos, las conversaciones de tasca y los paseos por el campo.
Parabéns José María! O carro é lindo. E está como novo.
ResponderEliminarUn buen año para ti Eduardo!
ResponderEliminar