Los innu es un pueblo aborigen canadiense de habla innu-aimun, una lengua algonquina. Conocidos también como montagnais y naskapi, divididos en 18 tribus que vivían en la parte oriental de la península de Quebec y Labrador, y que ahora están repartidos en unas 13 reservas.
Innu en Mashteuiatsh, 1900 (Museo McCord) |
Mujer innu hace raquetas para andar sobre la nieve en Utshimassit (Antiguo Davis Inlet), principios de 1960. (Foto Ray Webber) |
Vivían en wigwams de corteza o de piel de caribú, como la mayoría de los algonquinos de la zona, y se dedicaban a cazar ciervos y pescar salmones, anguilas y focas. Se vestían con mantones, calzones, polainas y mocasines. Eran conocidos por su característico calzado de nieve, llamado babiche por los franceses, de base circular u ovalada y hecha de madera enganchada a una red de cuero sin curtir y guarnecida con borlas o lana de colores. Los naskapi, además, usaban vestidos pintados con “grecas” complicadas, hechas con instrumentos de hueso y madera de color amarillo y rojo, con dibujos geométricos y doble curva. Desde el siglo XIX, sin embargo, adoptaron las herramientas de hierro, las trampas y el aguardiente.
Creían en Manitu, ser supremo común a todos los algonquinos, así como en infinidad de fuerzas de la naturaleza y espíritus animales, tanto buenos como malos. También tienen una leyenda del diluvio universal, según la cual Kuekuatshev puso en una barca un animal de cada especie. Aprovechan todo del caribú y celebran un gran banquete ritual o mokoshan que afirma la cohesión del grupo y la preeminencia delwotshimao de la estación. El territorio de caza estaba protegido por diversos tabúes. Dividían los animales en cinco categorías: de cuatro patas, aves acuáticas, pájaros, peces e insectos. Cada uno de ellos tenía un tipentamuna (reino) con un utshimao (jefe), un aueshish-utshimao (maestro de animales) o katipenitak (controlador). También creían en los puamina (sueños) y en la adivinación por la matinikashauew(paletilla), y tenían tipatshamuna (acontecimientos históricos) y atanukana (mitos).
Fabricaban canoas de madera en el verano, el medio de transporte más usado, y trineos y raquetas con perros en el invierno, adoptados del pueblo inuit. No disfrutaban de una verdadera organización tribal, sino que se dividían en numerosas bandas con organización bilateral familiar y sin clanes, dirigidas de manera rotativa por el mejor cazador o wotshimao, que se repartían los territorios de caza, que eran grandes y lejanamente definidos, y cambiando según la subida o la caída de los caudillos. A menudo se trasladaban a la costa para comerciar con las misiones. Desde mediados del siglo XX se dedican a la caza o al turismo. Los chamanes o kamanitushit enfermaban, temblaban y recibían mensajes del espíritu del caribú, y también celebraban la ceremonia Kushapatshikan que consistía en mover la tienda.
Creían en Manitu, ser supremo común a todos los algonquinos, así como en infinidad de fuerzas de la naturaleza y espíritus animales, tanto buenos como malos. También tienen una leyenda del diluvio universal, según la cual Kuekuatshev puso en una barca un animal de cada especie. Aprovechan todo del caribú y celebran un gran banquete ritual o mokoshan que afirma la cohesión del grupo y la preeminencia delwotshimao de la estación. El territorio de caza estaba protegido por diversos tabúes. Dividían los animales en cinco categorías: de cuatro patas, aves acuáticas, pájaros, peces e insectos. Cada uno de ellos tenía un tipentamuna (reino) con un utshimao (jefe), un aueshish-utshimao (maestro de animales) o katipenitak (controlador). También creían en los puamina (sueños) y en la adivinación por la matinikashauew(paletilla), y tenían tipatshamuna (acontecimientos históricos) y atanukana (mitos).
Innu reunidos en Davis Inlet, Labrador, en 1903. Archivo Nacional de Antropología, Museo Nacional de Historia Natural, Smithsonian Institution, Washington, DC |
A partir de 1842 el gobierno canadiense les fue arrebatando sus tierras, primero marcados por la competencia de los primeros tramperos blancos y la matanza de manadas de caribús, y luego con el genocidio producido por la expansión de las enfermedades de los blancos. Finalmente fueron confinados en reservas con desastrosas tutelas misioneras. Survival International consideró esta política una violación del derecho internacional y trazó paralelismos con el trato de los tibetanos por parte de la República de China. Según este estudio, de 1990 a 1997, la comunidad innu de Davis Inlet tuvo una tasa de suicidio más de doce veces más alta que la media canadiense y más de tres veces más alta que la tasa que se observa habitualmente en pueblos aislados del norte. Además, las comunidades innu tienen un grave problema de drogadicción, especialmente esnifado de gasolina entre los jóvenes e incluso niños.
Historias innu de la tierra
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