El estallido de la revuelta de Túpac Amaru en Perú, llevó a la expedición de los botánicos Joseph Dombey, Hipólito Ruiz y José Pavón, y los dibujantes Isidro Gálvez y José Brunete, en diciembre de 1781, hacia el puerto de Talcahuano, en la región central de Chile.
Su abundante vegetación, su clima benigno y la amabilidad de la gente, cautivaron a todos, según Ruiz. Establecieron su cuartel general en la pequeña ciudad de Concepción, desde donde hicieron numerosas excursiones, fundamentalmente a la región del Bio-Bio. Su atención estaba centrada en los recursos madereros de sus bosques, sobre todo en el llamado pino chileno (pinus chilensis, según fue clasificado por ellos).
Este precioso árbol crece hasta 50 y más varas. Aunque es dioico, las partes de su fructificación corresponden exactamente con las del Pinus Pinea de Linneo. Unánimes convenimos en reputarle como una nueva especie de Pinus y por la más preciosa de las descubiertas hasta el día por su madera, resina y frutos. Su madera es blanca, de excelente beta para labrarse, recomendable para arboladuras de navíos y otras muchas obras de carpintería (Hipólito Ruiz).
De tronco recto y corteza grisácea o rojiza, rugosa y gruesa. Cuando es joven tiene ramas en el suelo, dándole una forma piramidal, y que luego pierden dejando sus marcas en el tronco. De madera marrón amarillenta, homogénea y con buena resistencia mecánica. Las hojas forman un denso manguito cilíndrico alrededor de las ramas. Son como escamas coriáceas en forma ovalada o punta de lanza. Tienen una larga vida, de 10 a 15 años. Tiene conos masculinos, alargados y agrupados en tres, y femeninos, con forma de melón. Se polinizan por el viento.
Fuentes: National Geographic y Wikipedia
Fuentes: National Geographic y Wikipedia
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