martes, 16 de diciembre de 2014

no nos dejes robert

Salías del vinilo para sentarte en la hierba, a mi lado, y me machacabas la cabeza con un clavo para que pudiera entenderte. Para que pensara en eso. A mi lado antes de subir a la silla y largarte con aquella canción y dejarme con aquel soniquete.



Nunca antes había pensado tanto en la persona que cantaba, en ese alguien que quizás había dormido mal, se había resfriado, tenía resaca o un amigo trajo aquella noticia (miento, no paro de hacerlo con Kevin Coyne, que tanto me recuerda)
.
Ahora Robert Wyatt se jubila. Cada vez me cuesta más, se lo debía a Alfie, mi esposa.
Robert Graves ayudó a su educación en la bohemia y el jazz. Con él, en las Baleares, empezó a sentir su pasión por la Niña de los Peines y Manolo Caracol. En La Niña veo similitudes con Bessie Smith; Manolo no hacía flamenco puro pero me gustan esas orquestas como de nightclub.
De baterista y fundador de Soft Machine pasó a compositor y cantante cuando un accidente, una caída desde un cuarto piso durante una fiesta en julio de 1973, lo postró en la silla. Entonces Mick Mason, baterista de Pink Floyd, le ayudó con un concierto benéfico con el que recaudó 10.000 libras. La diferencia entre ser desahuciados y poder organizarnos una nueva vida.
Virgin le malpagaba, Richard Branson se portó bien inicialmente; pero, tras fichar a los Sex Pistols, repudió a los artistas que le recordábamos sus inicios hippies. Le salvaron sellos independientes como Rough Trade, Hannibal o Domino, más el patrocinio de admiradores del tipo Elvis Costello o Paul Weller. Son buena gente, explica, compartimos la pasión por la música negra y el sentido de la justicia. Aparte de eso, les odio: tienen estilo hasta para vestirse (risas).

Acceso a Shipbuilding. La letra la escribió Elvis Costello en plena Guerra de las Malvinas.

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