Enloquecí por las calles de Lisboa en este BMW 1600 que se fabricó en los primeros años 70 o quizás a finales de los 60. Con ese precioso sonido, sus tres marcadores circulares, cuatro marchas y cenicero escondido en el salpicadero. Atómico vibrando con su motor buscando. Salvajes dibujando a lo Panter. Sus brillos cromados sobre el negro. La noche lisboeta, el túnel del tiempo.
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