La revista Nature acaba de publicar los resultados del análisis del genoma neandertal completo con una resolución mucho mayor que la de aquel primer borrador -tanta que es equiparable a la que se tiene del ser humano actual- y los resultados han puesto patas arriba la evolución humana en los últimos 70.000 años.
Hueso del pie neandertal del que proviene el ADN. Bence Viola |
Precisamente, las muestras de ADN neandertal utilizado por el equipo del Max Planck dirigido por Kay Prüfer y Svante Pääbo para este último análisis provienen precisamente de la misma cueva, aunque el hueso denisovano y el dedo del pie de una mujer neandertal usado ahora están separados en el tiempo por varios miles de años, según citan Ewan Birney y Jonathan Pritchard, del Wellcome Trust Genome Campus de Cambridge (Reino Unido), en un artículo que acompaña a la investigación en la revista 'Nature'.
Excavaciones de la Cueva de Denisova (Siberia, Rusia). Bence Viola |
"El hallazgo significa que podemos entender mejor las interacciones entre neandertales, denisovanos y nuestros propios ancestros", asegura Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres. "El fósil también ha aportado evidencias de que neandertales y denisovanos se cruzaron entre ellos y, además, con los humanos modernos y con otra especie arcaica desconocida", dice Stringer.
La investigación llega incluso a determinar cuánto del ADN de los humanos modernos de Eurasia ha sido heredado de los neandertales: un 2%. Y señala que en los africanos actuales no es posible detectar ADN neandertal. "Parece que Eurasia fue un interesante lugar para ser un homínido en el Pleistoceno tardío, con individuos de al menos cuatro grupos encontrándose y, ocasionalmente, teniendo sexo", dicen Birney y Pritchard en su artículo.
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