miércoles, 1 de enero de 2014

gabinetes de curiosidades


La práctica de mantenerlos evolucionó durante el Renacimiento y el Barroco. Estos gabinetes eran habitaciones de colección en la que obras de arte preciosas (artificialia), fenómenos raros de la naturaleza (Naturalia), instrumentos científicos (scientifica), los objetos de mundos extraños (exotica), y elementos inexplicables (mirabilia) fueron preservados. Ellos reflejan el nivel de conocimiento y la visión del mundo en ese momento.
Berlín también tuvo su Kunstkammer. Fundada por Joaquín II (que reinó desde 1535 hasta 1571) y casi completamente destruida durante la Guerra de los Treinta Años, fue reconstruida por Friedrich Wilhelm y, finalmente, encontró su casa bajo Federico III en el Stadtschloss recientemente ampliado (City Palace). Hoy los pocos objetos restantes se han distribuido en torno a diferentes museos que se han convertido en los sucesores del gabinete de curiosidades, aunque de una manera temática diferenciada. Nuestra Wunderkammer reanima esta tradición en Berlín una vez más. Proporciona una visión del pasado y se las arregla para cumplir con su intención original de algunos hace dos o cinco siglos: para transportar al visitante a un reino de pura sorpresa, ya sea por medio del legendario unicornio, en última instancia, expuesto como el colmillo de narval, un espejo de color ámbar con mucha luz hecha de la "Oro del Norte", el cáliz de coco, que entró en la posesión de Alexander von Humboldt y que está adornada con imágenes de caníbales brasileños, especímenes preservados de un cocodrilo del Nilo y una gran turaco azul, o armarios de madera que sólo revelan sus misterios a los curiosos ojos. La calidad de los objetos, que suman más de 200 desde el Renacimiento y el Barroco, es único y hace que el Wunderkammer Olbricht una de las colecciones privadas más importantes de su género. La Kunstkammer Georg Laue, Munich, es responsable de la concepción, la instalación, y la supervisión de la Wunderkammer Olbricht.


MeBerlín

Puedes hacer una visita aquí y aquí

Aunque muy posterior, en Madrid tenemos el gabinete científico del Doctor Pedro González de Velasco, uno de los mejores cirujanos del siglo XIX, en el Museo Nacional de Antropología. Originalmente era un estudio en su propia casa de Atocha, que dio origen al Museo. El Doctor Velasco compraba cadáveres para la Medicina, saqueó el osario de Zarautz y exhumó el cadáver de su hija para conservarlo en una urna de cristal, con un traje de raso blanco y una peluca. Entre las cosas curiosas que se conservan pueden verse un armario repleto de cráneos, una momia guanche y la estatua y esqueleto de Agustín Luengo Capilla, el gigante de Extremadura, con veinte centímetros más que Gasol ¡en la segunda mitad del s. XIX! al que compró su cuerpo en vida por una renta de 2,50 pesetas diarias hasta 3.000.

Los monjes españoles también gustaban de coleccionas curiosidades científicas traídas de las misiones. El Museo de Ciencias Naturales de Pastrana, es un ejemplo cercano de ello.

Cuando  yo tenía once años, visitaba frecuentemente el laboratorio de los Marianistas de Ciudad Real, una gran sala de altos techos y repleto de vitrinas con cráneos, animales disecados y plantas secas. Los profesores nos pedían un cráneo a cada alumno. Yo intenté conseguirlo en las minas de Zarapa, donde tiraban los animales muertos. Pero esta terrorífica historia la contaré otro día.

Museo Viktor Wynd, gabinete de curiosidades inaugurado en Londres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario