A los portugueses se lo están poniendo difícil. El Estado (en su pasión recaudatoria propia de estos tiempos), les ha puesto un IVA del 23%. Sus precios son iguales a los nuestros, pero ellos tienen salarios más bajos. El gasoil y el tabaco son más caros, y las comidas también (el IVA en hostelería es también el 23%). El día 27 tienen convocada una huelga general.
Salimos de Coimbra. En el coco llevo un sueño donde una chica pelirroja de piel blanca y pecas conduce mi coche. Beni dice que está colada por mí, y yo sin darme cuenta. Por la IC3 vemos una mujer esperando jugando con el móvil, luego otra sentada en el coche y luego largas piernas, bragas mínimas y culos en cueritatis. Son putas, mujeres como nosotras, como usted y la hermana Anselma.
Paramos a tomar café en Tomar. Encontramos el café ideal, el arquetipo del café portugues: el Café Paraíso. El rótulo, el diseño de la fachada y el interior son preciosos, racionalistas, con sillas y mesas de tubular y madera, techos altos y luz generosa (dibujo segunda foto). Después paseamos, perdidos en su laberinto, por el Monasterio de Cristo, de infinitos claustros y con detalles para llenar un cuaderno: la Charola, las caprichosas gárgolas, otros elementos decorativos que me llaman la atención y el viejo nogal de la entrada.
Salimos apabullados y seguimos nuestro camino. Anuncios de Nitrato de Chile, un caballero en azulejos negros y amarillos. Atravesamos el Tajo por un puente de hierro. La silueta del castillo y dos largas agujas en Portalegre. Esto ya es el Alentejo. Dehesas de alcornoques sobre hierba amarilla, vacas rubias pastando y un catálogo de chimeneas en cada pueblo.
Campo Maior es un pueblo blanco sin rejas en las ventanas, grandes piedras salvando las esquinas, casonas y hermosas chimeneas. Queremos visitar la famosa Capilla de los Huesos, pero está cerrada. Nos colamos al final de la misa (un San Miguel tiene humillado a un dragón) para pillar al cura, que, descontento, nos la abre celoso de que reciban más visitas este montón de huesos que su Gran Dios. Es una habitación completamente forrada de las calaveras y huesos de los 1.500 muertos en la explosión, por un rayo, de un almacén de pólvora en 1.752. Lo más macabro es que las pequeñas capillas de los santos exhiben esqueletos completos con restos de ropa, en una eterna dramatización, y que un ejército de calaveras levante el letrero que dice: Los huesos que aquí estamos a los vuestros esperamos.
Kms total viaje: 1800. Gastos total 400 euros. Media diaria 50 euros dos personas.
Campo Maior es un pueblo blanco sin rejas en las ventanas, grandes piedras salvando las esquinas, casonas y hermosas chimeneas. Queremos visitar la famosa Capilla de los Huesos, pero está cerrada. Nos colamos al final de la misa (un San Miguel tiene humillado a un dragón) para pillar al cura, que, descontento, nos la abre celoso de que reciban más visitas este montón de huesos que su Gran Dios. Es una habitación completamente forrada de las calaveras y huesos de los 1.500 muertos en la explosión, por un rayo, de un almacén de pólvora en 1.752. Lo más macabro es que las pequeñas capillas de los santos exhiben esqueletos completos con restos de ropa, en una eterna dramatización, y que un ejército de calaveras levante el letrero que dice: Los huesos que aquí estamos a los vuestros esperamos.
Kms total viaje: 1800. Gastos total 400 euros. Media diaria 50 euros dos personas.
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