martes, 18 de diciembre de 2012

vehículos del abuelo juan


El primer vehículo que usó, al establecerse como médico de Bolaños, fue un Ford T usado, con los radios de las ruedas de madera. Era negro, se arrancaba con manivela y algunas veces perdía alguna rueda. Recuerdo que contaba que una vez vio cómo le adelantaba, desde el propio coche, una de ellas. Después tuvo otro Ford T, ya con los radios metálicos, que le fue decomisado en la Guerra Civil. Después de la Guerra, jamás tuvo coche. Durante mucho tiempo usó una bicicleta para visitar a sus enfermos. Siempre le acompañaba una perra muy bien educada que se quedaba guardandola mientras él entraba en las casas (también le llevaba el periódico por la mañana).
En la década de los 60 compró uno de aquellos ciclomotores que empezó a distribuir Movesa, de Bilbao, para toda España y que no necesitaban carnet, un Peugeot azul pálido, que yo conocí en sus últimos años (mi hermano Miguel acabó con él). En la década de los 70 lo sustituyó por una Mobylette de 49 centímetros cúbicos, roja, que tampoco requería carnet para su uso. La usó hasta cumplidos los noventa años, en que mi madre logró convencerlo del peligro.
En la huerta, tenía un pequeño tractor Pasquali, cuyo asiento estaba en el remolque. Más tarde compraría la parte trasera para poder usarlo sin él. Se arrancaba tirando de una cuerda y no giraba las ruedas sino que el volante movía una cremallera que articulaba ambas partes. No solía usarlo pues la dirección no era asistida, muy dura; lo hacía Juan, que trabajaba en la huerta para él.

5 comentarios:

  1. De película o de libro...¿Cuando las memorias ilustradas en cartoné o en cinta?

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  2. La história de tu abuelo me resulta muy familiar, mi padre (también cirujano) visitaba a los enfermos en moto en la posguerra, una moto de segunda mano que no podía subir cuestas...

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  3. Aquella generación, enciclopedista, racional y darwinista, fue impresionante. A pesar de lo fácil que ha sido para nosostros, no les llegamos ni a los talones.

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  4. me sumo a lo de abuelo y padre cirujano, médico rural. En el caso de mi abuelo, de Calatayud, en el de mi padre de barrio de las afueras de Zaragoza. Otros tiempos los de mi padre -por los modelos de locomoción-, pero con visitas domiciliarias de granja a vaquería, de casa a piso, ... Después de comer era cuando le tocaba ir de aquí para allá y tená la suerte de acompañarle en 1º nuestro cuatro latas, después en un 124 ranchera. Gracias a eso he visto gallinas con gafas, cerdos enanos, cerdos gigantes, calabazas como carrozas,... y personas que tenían a los médicos como seres divinos y superiores, y yo sabía que era como los demás ...padre.

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    Respuestas
    1. Tú también tienes unas memorias pendientes. Honor, pues, a los médicos rurales.

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