James Abbott McNeill Whistler fue un pintor y grabador estadounidense que desarrolló la mayor parte de su carrera en Francia e Inglaterra. Entre el impresionismo y el simbolismo, su obra es un ejemplo del arte realizado por el movimiento esteticista, que basa su doctrina en que el arte debe ser un vehículo de exaltación de la belleza, por encima incluso de temas morales y sociales. Es por ello que Whistler es casi un apóstol del esteticismo, simbolismo, decadentismo y dandismo.
Hijo de un ingeniero de ferrocarril y una episcopaliana devota, muy joven se marchó a Rusia por un trabajo de su padre en el ferrocarril de San Petersburgo y ahí empezó a estudiar arte. Poco después en Londres comenzó sus estudios más serios, pero se verían truncados por la muerte de su padre. La madre de Whistler no veía mucho futuro en los estudios artísticos y el joven empezó a centrarse en su carrera militar.
Pero no parece ser lo suyo. En 1855, habiendo heredado una pequeña suma de dinero, pudo estudiar pintura en París. Ahí conoce a impresionistas y prerrafaelitas y comienza su rechazo al arte académico, realizando una pintura «basta» ambientada en escenarios contemporáneos. Es por ello que es considerado el creador del impresionismo inglés.
Dandi y bohemio, el pintor tenía una curiosa afición: demandar a todo el mundo. Cualquier ofensa era motivo de juicio. Demandó por ejemplo a un crítico de su obra: John Ruskin, opuesto radicalmente al esteticismo. Artistas y críticos desfilaron por el tribunal y al final todo se convirtió en un debate filosófico sobre el arte mismo, para saber el objetivo de la pintura y el significado del arte.
Amigo de Oscar Wilde, la relación entre ambos era de puro ingenio. Por entonces, un periódico holandés anunció la muerte del pintor por un ataque al corazón; Whistler escribió al medio, afirmando que la lectura de su propio obituario le había provocado «un suave resplandor de salud».
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