me recuerdo ahora
corriendo bajo la lluvia
y los estruendos de la tormenta
gritando de felicidad y de amor
porque tu cara resplandece
con el agua
el crac de la sandía al abrirse
y ese agua dulce rojiza
que resbala por mi barriga
y en bandeja de duralex
su dulce corazón
que los negros erizos de la costa brava
me pinchan los pies
y cuca me saca una a una las espinas
que duermo sobre un montón fresco
de alfalfa recién segada
y esos pequeños escarabajos rojos
me hacen inútiles cosquillas
conmocionado por el fuerte perfume
de su verde sangre
que sudo sobre el escai rojo
de un sofá roto en la cámara
en la siesta llorando
porque mi hermano se hace el muerto
y ya no quiere resucitar
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