
En la Iglesia de San Antonio de Padua de Frigiliana pueden verse expuestos, en una urna de cristal, doce máscaras que corresponden a los rostros de los doce apóstoles, completamente diferentes y basados en la idea que de ellos tenemos por los indicios de las Sagradas Escrituras. Están fabricados en cartón piedra, policromados, con gran detalle, con los iris de los ojos vacíos y una media luna en la parte superior con el nombre del apóstol. Se usan para procesionar el Jueves Santo, según la antigua tradición que desde el siglo XVIII siguen los hermanos de la Hermandad de Nuestra Madre y Señora de los Dolores, llamados túnicos, pues no llevan capirote sino una faraona sobre la cabeza. Doce de ellos van con las máscaras y las túnicas, un velón que los ilumina y un gran escapulario sobre el pecho, en fila india por las estrechas calles mozárabes de Frigiliana. Debe ser cosa de miedo.

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