viernes, 11 de noviembre de 2016

contra la comida procesada por la industria

En un mundo ideal volveríamos a comer alimentos de ingredientes simples, buenos y nutritivos. Nos libraríamos de las comidas procesadas. Pero eso no va a pasar porque hay demasiado dinero en la industria alimentaria. Podemos hacer productos mucho más inteligentes y podemos utilizar la ciencia para lograrlo. Por ejemplo, hay muchas preguntas sobre la introducción de edulcorantes artificiales. Originalmente hicimos eso porque queríamos evitar la obesidad y la diabetes creando esta molécula que no tiene energía y nos da el sabor. Pero hay muchas pruebas de que eso está teniendo efectos no deseados. El dulce significa energía, pero de repente el dulce no significa energía. ¿Qué produce eso? Cuando sientes el dulce se producen una serie de respuestas como la salivación. Y ahí es donde empieza el metabolismo, que libera insulina, que ayuda a asimilar la energía. Esa es la respuesta condicionada. En el condicionamiento, si recibes continuamente una señal sin la recompensa, la señal ya no es un buen predictor y su habilidad para generar una respuesta condicionada desciende. Esto, hemos visto en ratones, produce problemas metabólicos.

Tenemos que inventar alguna manera de hacer comida procesada más saludable que permita seguir dando beneficios a la industria. Es la única forma de conseguir el apoyo de la industria y la industria alimentaria en los EE UU, por ejemplo, tiene un poder inmenso de lobby para fijar las políticas alimentarias. Un ejemplo clásico es la industria del azúcar, cuando hizo campaña diciendo que la grasa es mala. Pero en realidad el azúcar tiene efectos más perniciosos que la grasa. Ellos cambiaron toda la dieta americana para reducir la grasa e incrementar los carbohidratos, y meter su azúcar en el mercado.

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