sábado, 8 de noviembre de 2025

el templo animado






    El esquema general y natural del templo es el paisaje elemental constituido por la colina o el "tumulus" con su gruta; las piedras, el árbol y el manantial, pues tales fueron, en los comienzos, los bosques sagrados: sitios de meditación y recogimiento. El "locus" de los romanos y el "alsos" de los griegos. Cuando, más tarde, nació la arquitectura, el templo se convirtió en una casa y sus componentes minerales y vegetales se traspusieron para constituir los elementos mismos del edificio. Mientras el recinto, virtual o rudimentario, se convertía en los muros, los árboles se transformaban el pilares, la piedra venía a ser el altar, la piedra daba nacimiento al nicho o ábside y el techo era asimilado al cielo. Esa curiosa analogía entre la catedral y el bosque, entre sus columnas de piedra y los abetos y pinos ritualizados por los siglos, no es privativa de la tradición cristiana: en el islam, ciertas mezquitas como la de Córdoba traducen en términos arquitectónicos un "palmeral y un oasis", constituyéndose como sitios de refugio cultural que evocan paisajes primordiales y felices. — G. de Champeaux y D. S. Sterckx en Introducción a los símbolos, traducido por Abundio Rodriguez para Editorial Encuentro, Madrid 1984

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