La sensación de lo inquietante es muy diferente a la de lo extraño. La forma más sencilla de llegar a esta diferencia es pensar en la oposición (muy cargada de metafísica) —quizás sea la oposición más fundamental de todas— entre presencia y ausencia. Como hemos visto, lo extraño está constituido por una presencia: la presencia de aquello que no pertenece. En algunos casos de lo extraño (aquellos con los que Lovecraft estaba obsesionado) lo extraño está marcado por una presencia exorbitante, una abundancia que excede nuestra capacidad de representarlo. Lo espeluznante, por el contrario, está constituido por un fracaso de la ausencia o por un fracaso de la presencia. La sensación de lo espeluznante ocurre cuando hay algo presente donde no debería haber nada, o no hay nada presente cuando debería haber algo.—Mark Fisher en Lo extraño y lo inquietante, Repeater Books 2016.
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