Menos turistas, más vecinas, gritan por las calles de Lavapiés los vecinos y vecinas indignados porque este barrio tan popular se está poniendo imposible. Los alquileres y la compra suben. Las tiendas de barrio se van cerrando y todo se llena de franquicias y cafés pijoteros y caros, y cada vez más el barrio se estandariza. No solo se persigue a los inmigrantes, sino que se está echando a los vecinos de siempre. Los buitres planean sobre los edificios para especular. Se desaloja a vecinos vulnerables y otros muchos tienen que cambiar de barrio por las subidas abusivas del alquiler. Los vecinos quieren su barrio, y no esto. Contra la destrucción del barrio hay que quedarse, resistir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario