Abajo en el sótano, en la sala B, nos sentamos para ver la película Megatón ye-ye, de 1965, donde Micky hace de alocado moderno al lo beatle, con cierto tono británico, frente a un Juan Erasmo Mochi serio y aburrido. Las chicas prefieren un tío guapetón y trajeado, aunque soporíferamente aburrido, al fantástico Micky, para el que la vida es sencilla y alegre, baila de maravilla lo moderno y todo fluye sin problemas. Todas las canciones que oímos se compusieron para la peli.
La presentan antes Jesús Yagüe, su director, y el propio Micky. Jesús nos cuenta que fue un encargo con un guión de mierda que cabía en un folio y con los actores ya escogidos sin ni siquiera tener personajes para ellos. Desarrolló el argumento con un amigo y se basó en Qué noche la de aquel día, salvando las diferencias insalvables, para éste y el montaje. Una vez acabado el rodaje, él montaba por la mañana y el productor hacía otro montaje por las tardes. El resultado, para Yagüe, fue una de mis peores películas, y eso que no hice ni una buena. Fue un fracaso de crítica. Pese a ello la escogieron para representar a España en el Festival de San Sebastián porque era alegre y divertida, sin ningún contenido social.
Micky le da un aire más optimista a la presentación. Nos cuenta que gente popera de la siguiente generación, como Alaska y amigos, hablaban maravillas sobre la peli. Cuenta unos cuantos chascarrillos ayudado de sus ojos asombrados y Jesús termina diciendo que el no volverá a verla, pero que si a alguien le gusta, que le cuente por qué.
Cenamos después en La Inquilina, en Ave María, Lavapiés, un paté de alcachofas y unos molletes de salmón ahumado con aguacate, con unos precios razonables (no noto diferencia con Bolaños). Allí dibujo a Justo, que parece salido de otro barrio y da una idea de los cambios acaecidos en Lavapiés en los últimos años. Él se ve con mucho parecido a su padre. Supongo que él se le parecerá mucho y todavía no ha asimilado que ya ha llegado a la misma edad de la imagen que tiene de él.
El barrio está alegre y hormigueante. Se charla en los bares y sus terrazas. Será un buen invierno.
El barrio está alegre y hormigueante. Se charla en los bares y sus terrazas. Será un buen invierno.