Los marroquíes ya llegaron para las cosechas del final del verano y la vendimia. Cobran y viven miserablemente. Algunos duermen al raso, otros ocupan viejas casillas que se caerán sobre ellos. En esta casilla, de unos treinta metros cuadrados, en el camino de Ciudad Real, vive un grupo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario