La churrería La Hormiga, en la calle Cruz, es el sitio perfecto para desayunar con tallos o churros; ha sido remozada y ha ganado la comodidad que, desgraciadamente, no tenía, y la camarera superdiligente. La cervecería Cañas y Tapas es una franquicia arropada por San Miguel, lo que obliga a beber esta cerveza, que no es de mi gusto; pero de visita obligada los jueves en el cine Las Vías, pues es su mejor oferta, a 1,30 la caña con tapas de cocina. La pequeña taberna Los andares es una apología del cerdo y el guarro jabalí; en un ambiente de gomina caza-taurina, gran variedad de vinos y tapas de embutidos y quesos buenos, y cerveza mahou por un precio razonable; me invitan por el dibujo a un séptimo sentido, un buen vino manchego. La Tontería, en la calle de la Mata, tapas de cocina, un tanto vulgares, a buen precio. La cervecería Dallas, en la calle Hervás y Buendía, de ambiente familiar (solo falta la mesa camilla), tapas de cocina, buen trato y buen precio. El Callejón, en la plaza Cervantes, ya está tachado por caro y malas tapas. El Quijote, recientemente reinaugurado, es esencialmente un café de abuelas, ahora con mesas de diseño y una estantería hecha con las letras de su nombre. En La Fuente del Deseo, un bar barato con tapas de cocina y ostras de Árcade, de la calle La Estrella, el dueño se niega a que lo dibuje y lo dejo a medias. El bar El Correo, en la plaza de la Constitución, junto a Correos y Telégrafos, normalito, sin nada que destacar.
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