En la librería
Birdy, en la calle Libertad, puedes tomarte un café o una cerveza rodeado de libros; me proponen exponer mis cuadernos. El bar
Daysi, en la calle de la Luz, tiene todo el aspecto de taberna tranquila, con olor a aceite rancio. Los brasileiros Guigo y señora han abierto el bar
Don Guigo, con futbolín, olor a aceite rancio y buenos precios, para estudiantes en la Ronda con Quevedo. El miguelturreño Gabino abrió el bar restaurante
Gabinadas, muy puestecito y pijo, en la calle Montesa; tapas elaboradas con vino tinto por 1,80, buenas migas al orégano y risotto con pera. Cafés a un euro rodeado de gorrillas de cuadros de los abuelos en la cafetería
Toral, en la Ronda Ciruela. Buen precio y tapas calientes entre viajeros en la cafetería restaurante
La Marmita, en la estación de autobuses.
La Sureña, en la calle Reyes, frente a los jardines del Prado, es una franquicia de 100 Montaditos. El
Bar Ángel, abierto desde el 57 en la Avenida de Alfonso El Sabio, tapas de cocina y caña por 1,40 entre señores mayores cazapijostaurinos y alguna pesada tomando café; lo mejor es su terraza bajo los palmitos del Gobierno Civil. Entrar en la
Cafetería El Molino, en la carretera de Carrión, es viajar en el túnel del tiempo: suelo sucio de sintasol y otros elementos de los setenta junto a puertas y sillas de rancia hidalguía y gente fumando; lo más destacable es la ingeniosa y bonita cubierta de la terraza; muy concurrido a la hora del café.
Quando expuseres os teus cadernos na livraria Birdy, avisa.
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