jueves, 6 de marzo de 2014

chalets en la playa de somo

Foto Diario Montañés




Lo extraño del suceso no ha sido ver como el mar avanzaba hasta su encuentro violento con las casas causando destrozos. Al contrario, lo difícil es entender qué hace una urbanización a menos de 100 metros del mar, levantada en medio de la playa, por delante de la protección dunar y amparada por un muro de hormigón armado para prevenir las mareas. No parece extraño, pues, que hechos como este puedan producirse, conocido el común desprecio que suele manifestarse cuando de retar a las fuerzas de la Naturaleza se trata. Más aún a sabiendas del cambio climático y del calentamiento global que ya se deben considerar como fenómenos más que evidentes y a los que habría que prestar más atención.

1 comentario:

  1. A eso se le llama voracidad extrema, y no hablo de la del mar precisamente. En esta tierra nos tienen más que acostumbrados a esa vergüenza. Si es que alguien puede acostumbrarse alguna vez.

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